Marta García pasa estos días en León. Visitando a la familia, envolviéndose en sus raíces, disfrutando unas fiestas que, realmente, para ella no distan demasiado de un 12 de julio o un 10 de octubre. Porque todos los amaneceres poseen el común denominador de los latidos acompasados de corazón, la concatenación de kilómetros, el sonido repetitivo de sus pisadas contra el camino.
No está de vacaciones la del OAC Europe. Todo lo contrario, el domingo 28 inicia su trilogía de alquitrán en la San Silvestre de León, que continuará tres días después en La Vallecana (en ambas citas defiende título) y tendrá epílogo el 11 de enero en el 10K Valencia Ibercaja by Kiprun, donde competirá por primera vez con el ambicioso (y más que realista) objetivo de poner a su nombre el récord de España (31:11, Carla Gallardo, 24 de mayo en Laredo). Entre medias, el primero de mes, festejará su 28º cumpleaños, una edad idónea para un oficio como el de fondista, que requiere la energía de la juventud moldeada por la serenidad de la experiencia.
La número uno española no oculta su ilusión ante el desafío y recuerda que el curso pasado se “quedó con ganas de lograrlo tras Vallecas, porque me encontré muy bien en Camargo, pero no se dieron las circunstancias”. En los 10K Pedro Velarde la castellana paró el crono en 31:26, a solo tres segundos del por entonces tope nacional de Paula Herreno, y en esta ocasión, confiesa —con mucha sinceridad, pero sin perder la modestia— que “me gustaría ver el 30 en el crono”.
Conoce sin duda las bondades del circuito, protegido del viento, apenas tres curvas mínimamente serias, amplias rectas y una elevación al inicio del ‘Jamonero’ —como llaman los locales al puente de l’Assut de l’Or— que es una broma de preescolar comparada con la escalada de Arroyo del Olivar, donde la pasada Nochevieja remató su genial victoria sobre Ruth Chepngetich —plusmarquista mundial de maratón—, sin duda una de las imágenes más icónicas de la historia del atletismo español.
Marta, dotada desde niña, uno de esos talentos en los que se posaban embelesados los ojos de los técnicos, ha dado constantes golpes en la mesa en las últimas tres temporadas, cuando abandonó el grupo de Uriel Reguero en Valladolid para incorporarse a la cuadra itinerante del joven alemán Thomas Dreissigacker, amparado por la prestigiosa firma suiza On Running. Un acto de valentía, una declaración ambiciosa; alejarse del calorcillo del fuego sagrado de la costumbre para vivir la aventura de intentar ser la mejor.
Ya lo es. Entró en una nueva dimensión que podría resumirse cronométricamente: récord de España de 5000 m al aire libre (14:33.04) y bajo techo (14:46.37), 2000 m (5:32.86) y 3000 m indoor (8:38.34). O a base de escudriñar su palmarés: bronce europeo en Roma, séptima en los 3000 del Mundial short track de Nanjing y los 5000 del Campeonato del Mundo de Tokio, cuarta en el Europeo de pista cubierta de Apeldoorn, segunda en el Campeonato de Europa por Equipos en Vallehermoso y seis títulos nacionales (los últimos cuatro de 5000 m consecutivos y otro par de 3000 metros).
Voy a atacar el récord, pero no quiero decir un dígito exacto, solo que intentaré llegar lo más lejos posible.
Pero lo que realmente fascina es una entrega competitiva sin fisuras, su incapacidad para firmar armisticios, la manera en la que finaliza las carreras tras haberlas descifrado tácticamente con el olfato de las virtuosas; esos metros finales donde despliega su alma de mediofondista (es una de las únicas cuatro españolas que puede presumir de haber roto la barrera de los 4:00.00 en 1500, 3:59.40) y supera rivales con una cadencia revolucionada y un gesto de entrega desmedida que provoca que los jóvenes que aspiran a ser atletas la conviertan en espejo en el que empezar a conciliar el sueño.
“Voy a atacar el récord, pero no quiero decir un dígito exacto, solo que intentaré llegar lo más lejos posible”, señala poco antes de dejar patente su gusto por la ruta: “Me encanta la experiencia de correr con mucha gente alrededor, profesionales o no, todos juntos en la misma prueba. Ese ambiente es lo que más me atrae”. No ocultan su alegría por tenerla en la línea de salida (¿le habrán contado ya lo de Chimo Bayo?) el CEO del 10K Valencia Ibercaja by Kiprun, Álex Aparicio, ni el director deportivo, José Enrique Acuña: “Estamos entusiasmados por contar con la mejor española. Actualmente tenemos los dos récords mundiales, el récord de Sudamérica, los récords de España y Europa masculinos… y queremos más, por eso la apuesta por recuperar el récord de España femenino es clara (lo batió en este escenario Trihas Gebre, 31:39 en 2019). Ya lo habíamos intentado en años anteriores y, tras muchas conversaciones con su agente, Miguel Mostaza, por fin va a ser posible”.
La cita es el domingo 11 de enero (el que no tenga la suerte de estar presencialmente lo podrá seguir vía streaming). Marta García y 16.000 entusiastas del desgaste de suela. La jefa de las nuestras en el 10K más rápido del mundo. Perdérselo será una de esas cosas de las que uno luego se arrepiente. Avisados estáis.