Conectar para desconectar

“Queremos en verano desconectar de los problemas y agobios de todo el año pero, ¡qué mejor desconexión hay que la conexión con el cuerpo, con el trabajo físico!”, exclama Aurora Pérez.

Aurora Pérez

"Qué mejor desconexión hay que la conexión con el cuerpo, con el trabajo físico"
"Qué mejor desconexión hay que la conexión con el cuerpo, con el trabajo físico"

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Es tiempo de repensar la actividad que queremos y “debemos” hacer en las vacaciones. Si vamos a pasar unos días de descanso, esto no quiere decir estar tumbadas al sol todo el tiempo, y cesar la actividad física por completo. Las zapatillas para correr, o hacer deporte deben tener un hueco en la maleta.

Hagamos en verano deporte “por deporte”, porque nos gusta y porque nos apetece, deporte en su acepción de pasatiempo y diversión.

Vamos a aprovechar que estaremos posiblemente en un entorno diferente al habitual para cambiar algunas cosas. Si nuestro espacio habitual es una ciudad de interior y vamos a la playa, vamos a hacer ejercicios en la arena, cuestas en las dunas etc. Sobre todo los ejercicios de pies en la arena de la playa son súper interesantes, pues los fortalecen mucho así como a los tobillos, de forma que al volver al invierno acabemos con los temidos esguinces, o bien los recuperemos antes al contar con unos tobillos fuertes, y otros problemas asociados a la debilidad de los pies, ya que estos son quizá el más valioso instrumento para una corredora.

Si vamos a la montaña ¡qué decir de las bondades de las caminatas por ella! Aquí cobra sentido el trabajo muscular de todo el cuerpo, así como la resistencia. Quién no ha sentido ese dolor de cuádriceps tras subir montañas o senderos empinados y ese resoplar que parece que nos va a dejar sin aliento. Es un trabajo muy completo que también nos devolverá al invierno con una capacidad general aeróbica que nos proveerá de una buena base cuando retomemos las rutinas de entreno.

Cuando planifiquemos las vacaciones miremos dónde puede haber un parque cercano para acudir a él y echar una carrerita, mejor en tierra o hierba que en asfalto, pues nuestras articulaciones nos lo agradecerán.

Porque como decía antes la palabra descanso, vacaciones, desconexión no han de significar dejar el cuerpo quieto y desconectarnos de él, sino al contrario conectarnos más con él, ya sea corriendo, andando, haciendo gimnasia, nadando y haciendo disfrutar a nuestra mente del esfuerzo físico sin prisas, sin agobios, sin horarios rígidos.

Busquemos y reservemos cada día un tiempo, a la mejor hora, a la que más nos apetezca, quizá a primera hora de la mañana que hace menos calor y luego nos permita afrontar el resto del día con energía o al caer el sol si no nos gusta madrugar. No se puede decir que en vacaciones no tenemos tiempo, si lo hay cuando estamos trabajando y tenemos múltiples obligaciones en el invierno, durante el verano siempre habrá un hueco para hacer algo de deporte cada día.

Queremos en verano desconectar de los problemas y agobios de todo el año pero ¡qué mejor desconexión hay que la conexión con el cuerpo, con el trabajo físico!


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