Corredoras Anónimas: Verónica Cañete

“Corro porque me hace liberarme y no pensar en nada, solo en correr”, nos cuenta Verónica.

Verónica Cañete

Corredoras Anónimas: Verónica Cañete
Corredoras Anónimas: Verónica Cañete

El equipo de CORREDOR\ sigue trabajando con gran esfuerzo e ilusión para manteneros informados. Si quieres apoyar nuestro periodismo y disfrutar de las ventajas de hacerte prémium, suscríbete a nuestra web aquí (el primer mes es gratuito*).


Mi nombre es Verónica Cañete Vera y empecé a correr como una vía de escape todo. Yo nunca he sido de practicar deporte, pero cuando empecé la universidad me encontraba siempre muy cansada y estresada, entre exámenes y trabajos siempre iba agobiada. Entonces, mi pareja en ese momento, me propuso de apuntarnos a un gimnasio que había una oferta de un 2x1, pagando el año entero. Al principio me parecía una locura y más a mis padres porque sabían que yo no era muy deportista. Me apunté y empezó a gustarme bastante, porque empecé haciendo una clase al día hasta que llegó un momento que hacía dos o tres pero seguía sin quedarme satisfecha, necesitaba más adrenalina en mi cuerpo. Y ahí es cuando conocí a una chica que después de hacer una o dos clases del gimnasio se iba a correr. Entonces pensé: si ella podía por qué yo no.

Así que una mañana, cuando iba al gimnasio, decidí que ese iba a ser el día en el que empezaría un nuevo reto, correr, y así fue. Cuando acabé la clase de spinning me fui a correr, al principio fue muy duro porque no pude ni aguantar dos minutos, pero poco a poco fui pudiendo con más hasta que conseguí dar una vuelta a la ciudad deportiva sin parar y sin ahogarme, cuando acabe esa vuelta me sentí muy contenta por lo que había conseguido. Y como me gustó la sensación que se me quedó, decidí seguir corriendo. Salía a correr unas tres o cuatro veces por semana y cuando llevaba más o menos un mes, un amigo de mi novio me retó a correr la media de Elche.

Al principio me daba miedo porque lo máximo que yo había corrido eran 5 ó 8 k, pero luego pensé que por mis narices que acabaría esa media. Y así fue, me lo propuse y en un mes y medio más me la preparé y conseguí llegar a meta. ¡Qué decir la sensación que se me quedó! Alegría, satisfacción y orgullo por lo que había hecho, porque eso sí, cabezona soy un rato y lo que me propongo, lo hago. Y encima he de decir que lo hice en una 1:51 que tampoco esta mal, creo, para ser la primera y lo máximo que había hecho en los entrenamientos había sido 12 o 13 k.

Y a partir de esa media es cuando empezó mi locura de correr, porque detrás de esa vinieron muchas más: El Racó de la Morera, la San Silvestre Crevillentina y varias medias.

Falcotrail UCAM
Falcotrail UCAM

Cuando llevaba un año más o menos corriendo sola, porque siempre lo hacía sola y reconozco que me gustaba, decidí que me apetecía hacer un maratón. Tenía ganas de saber qué se siente una vez que pasas la meta. Se lo propuse a un chico que conocía y le pregunté que si me podía ayudar a preparar mi primera maratón, y eso fue lo que hizo, me iba pasando los entrenamientos mes a mes y yo los iba a cumpliendo al milímetro, porque si me metía en el ajo tenía que acabarla bien.

La etapa de entrenamiento fue muy dura porque las tiradas largas las hacía yo sola y eran muy aburridas, pero también muy bonitas porque cada vez que las acababa me sentía muy orgullosa de lo que había conseguido. Hasta que llegó el día de la maratón y allí me planté, en Madrid, con mi novio que me acompañó en todo momento. Ufff... no sé cómo describir esa sensación pero fue maravillosa y cruzar la línea de  meta por el parque del retiro fue una experiencia preciosa. Ahora que lo estoy escribiendo se me ponen los pelos de punta al recordarlo, lo había logrado terminar y con unas sensaciones buenísimas.

Pero después de la maratón acabé tan cansada que colgué las zapatillas y no había manera de volver a  cogerlas... acabé tan cansada de correr que no me apetecía volver a ello, hasta que conocí al grupo de Pedro Esteso. Gracias a él, ya los buenos compañeros que hay en ese grupo, volví a engancharme al running de nuevo.

Empecé a salir por la montaña gracias a Dani Ortiz  y a Ángela Ortiz que me animaron porque yo nunca lo había probado y he decir que me gustó mucho esa experiencia porque es maravilloso; las vistas que ves son preciosas y al aire que se respira es otra cosa, aunque es muy duro. Me animaron a hacer Riopar que fue una experiencia preciosa aunque también muy dura porque estuvo toda la carrera lloviendo, aunque nos quitaron el Padroncillo que era lo más duro de la prueba, ya que al estar lloviendo lo consideraron peligroso, pero aun así fue preciosa y la experiencia vivida el día de antes de la carrera gracias a todos los compañeros fue inolvidable.

Entrenando en la montaña
Entrenando en la montaña

Después, decidí volver a correr por asfalto, y pensé en qué reto podía hacer. Muchos de mis compañeros iban a correr el maratón de Valencia, hablaban muy bien de esa carrera, y decidí unirme. Disfruté muchísimo los entrenamientos ya que hicimos una piña y nos íbamos a correr juntos todos los fines de semana y se hacía muy ameno y muy divertido. Así hasta que llegó el día de la prueba. Fue algo espectacular: la organización, salir juntos todos los compañeros, ver a Pedro casi al final de la carrera fue un chute de energía... Nada que ver con Madrid que también fue maravilloso, pero la experiencia vivida en grupo es otra cosa.

La pena es que este año no lo podemos repetir por la condiciones que estamos viviendo pero se volverá a repetir y será genial.

Maratón de Valencia
Maratón de Valencia

Después de eso tenía que seguir con mi sueño que era hacer la Transilicitana y así fue. Cuando acabamos la maratón, los compañeros con los que había hecho todos los entrenamientos de la maratón le propusimos a Pedro participar en ella y nos animó a prepararla. Y gracias a él y a todo el grupo que formamos hizo que los entrenamientos fueran duros pero a la vez divertidos. Las quedadas de los sábados o domingos a la seis de la mañana eran una locura cuando veíamos a la gente como venía de fiesta y nosotros como locos nos íbamos a correr.

El día de la prueba fue espectacular y la entrada en meta no me lo podía creer, había podido completar 104 k... no tengo palabras para describirlo, solo dar las gracias a todos el equipo por el apoyo que recibimos durante la prueba, porque eso fue un chute de energía y gracias a Pedro por hacernos sentir que la podíamos acabar.

Transilicitana
Transilicitana

Y ahora pues no se qué reto hacer pero de lo que sí que estoy segura es de que seguiré corriendo porque me gusta y me  hace sentir bien y con los compañeros del club, donde todos somos un equipo. Gracias Pedro por estar ahí y animarnos a seguir siempre.

No tenemos aún carreras en el horizonte pero la ilusión por seguir corriendo deben mantenerse intacta, hacer lo que nos gusta nos llena siempre el alma.

Muchas gracias por acercarnos tu historia, primero disfrutando de la soledad y después al lado de un grupo maravilloso, todo tiene su momento.


PÓDCAST: María Matilla, la sonrisa en handbike de las carreras populares

Puedes suscribirte al pódcast CORREDOR en las principales plataformas: iVOOXApple y Spotify.

Archivado en:

Corredoras Anónimas: Luciana Alvés

Relacionado

Corredoras Anónimas: Luciana Alvés

Corredoras Anónimas: María Pons

Relacionado

Corredoras Anónimas: María Pons