Corredoras Anónimas: María Pons

"Esta carrera hacia una nueva normalidad la vamos a luchar hasta el final, como hemos hecho siempre, en cada entrenamiento y en cada salida hacia la meta", nos anima María.

María Pons

Corredoras Anónimas: María Pons
Corredoras Anónimas: María Pons

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El deporte siempre ha formado parte de mi vida. Vivo en La Granada, un pueblo muy pequeño a 50k de Barcelona. Allí crecí jugando al baloncesto o al fútbol con los amigos. Pasábamos la mayor parte del tiempo en la calle, sobretodo en verano, con las zapatillas puestas y la bici como nuestro medio de transporte favorito.

Mi pasión por correr llegó de forma espontánea. Eran las fiestas del pueblo de al lado y se celebraba una carrera de 5k, así que con mi pareja y las amigas decidimos inscribirnos. Ése día me enamoré de este deporte. Las calles eran una fiesta y yo, a pesar de sufrir de lo lindo, experimenté una sensación de bienestar y felicidad cómo nunca antes había sentido en ningún otro deporte.

Aún recuerdo mi primera carrera de 10k. La noche anterior no pude pegar ojo, ¡qué dura se me hizo! Pero poco a poco me iba superando y esa era una sensación única.

El running empezaba a formar parte de mí día a día y, sin yo saberlo, iba a transformar mi manera de ver el mundo y mi propia vida. A menudo las carreras eran la excusa perfecta para viajar y es que no hay mejor manera de conocer una ciudad que a golpe de zapatilla: Zaragoza, País Vasco, Madrid...

Conquistando Madrid
Conquistando Madrid

Pero no sólo corría por ciudad. Decidí también probar con el trail running, la sensación que te da correr en la montaña es única. Montserrat se convirtió en uno de mis rincones favoritos para entrenar.

Disfrutando en Montserrat
Disfrutando en Montserrat

Poco a poco mis objetivos se iban haciendo más ambiciosos. Me llegó la etapa de la “marquitis” y quería superarme a mí misma. En pocos deportes la rival a batir eres tú misma y, es ahí, donde te das cuenta de lo difícil que es intentar y lograr superarse a uno mismo.

Entré a formar parte del CAV (Club Atletisme de Vilafranca) para intentar mejorar mi rendimiento y también conocer a otras personas con quien compartir mi pasión. Allí empecé a darme cuenta que correr, aunque suene a tópico, es mucho más que correr. Palabras como series, fartleks, intervalos…empezaron a formar parte de mi vocabulario. Cambié totalmente mi forma de entrenar y los resultados llegaron por sí solos.

Los resultados llegaron solos
Los resultados llegaron solos

Corrí mi primer maratón el año pasado, en Barcelona, dónde la emoción que sentí al llegar a meta se tradujo en forma de lagrimones. Me había estrenado con un tiempo de 3:31 justo el día de mi cumpleaños.

Poco a poco empecé a participar en distintas carreras de 10k y, a inicios de este año, conseguí romper la barrera de los 40 minutos con una marca de 38’08”. Participé también en medias maratones, como la Mitja del Espirall dónde conseguí alzarme con la victoria o el Medio Maratón de Barcelona donde conseguí mi mejor marca personal 1:24.

Maratón de Barcelona
Maratón de Barcelona

Finalmente, este 2020 aún me regaló, antes del confinamiento, otra alegría. Sevilla fue el escenario dónde en febrero pude correr el segundo maratón de mi vida, la distancia reina. Rebajé en más de 20 minutos la marca conseguida apenas un año antes y paré el crono en 3:10.

Ahora estoy en un punto donde sigo entrenando. Me gusta correr y ya forma parte de mi rutina diaria. Este deporte me ha aportado valores que intento aplicar en mi día a día: superación, esfuerzo, constancia, pasión, humildad…todos ellos también intento  transmitirlos a mis alumnos. Soy profesora de Primaria.

Sin carreras en el horizonte no me centro solo en un objetivo, intento variar los entrenamientos combinando el trail, la bici, el trekking y el gimnasio.

Cada uno debemos ponernos nuestro propio objetivo y encontrar la motivación dentro de nosotros mismos. Esta carrera hacia una nueva normalidad la vamos a luchar hasta el final, como hemos hecho siempre, en cada entrenamiento y en cada salida hacia la meta.

Muchas gracias por contarnos tu historia María, ¡menuda progresión bárbara!

No podemos estar más de acuerdo con tus dos últimas frases, nos las debemos grabar todas a fuego.

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