Seguro que más de una vez, en medio de un rodaje, tu cabeza se ha llenado de pensamientos: la lista de cosas pendientes, un correo sin contestar, o incluso la duda de si podrás acabar la distancia que te propusiste. Correr no siempre significa desconectar. Pero hay una herramienta que cada vez más corredoras están incorporando: el mindfulness o atención plena. Y no, no hace falta sentarse en postura de loto; también se puede entrenar mientras corres.
¿Qué es el mindfulness aplicado al running?
El mindfulness consiste en prestar atención al momento presente sin juicios, observando lo que ocurre dentro y fuera de ti. Al trasladarlo al running, se trata de correr conectada con tu respiración, tus pasos y tu entorno, en lugar de obsesionarte con el ritmo del GPS o los kilómetros que faltan.
El estudio “Mindfulness Training Enhances Endurance Performance and Executive Functions in Athletes” (Nien et al., 2020) demostró que un programa de mindfulness de cinco semanas mejoró el tiempo de agotamiento en pruebas de resistencia y las funciones ejecutivas (como atención y control cognitivo) en atletas universitarios. Aunque no se centró exclusivamente en corredoras populares, sus resultados sugieren que este tipo de entrenamiento mental puede aportar beneficios también en deportes de resistencia.
Beneficios específicos para corredoras
El mindfulness aporta ventajas que van más allá de lo físico:
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Mayor concentración: al dirigir la atención a la respiración o la pisada, reduces distracciones y corres con más control técnico.
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Menor percepción del esfuerzo: practicar mindfulness no hace que el cansancio desaparezca, pero sí cambia la forma en que lo vivimos. Según el estudio anterior que hemos comentado, quienes entrenan la atención plena soportan mejor la fatiga y se concentran más en el movimiento que en el agotamiento..
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Prevención de lesiones: estar atenta a cómo responde tu cuerpo te permite detectar antes molestias en rodillas, tobillos o caderas.
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Bienestar emocional: muchas corredoras reportan menos ansiedad antes de una competición y más disfrute durante el rodaje.
Ejercicios prácticos de mindfulness mientras corres
La teoría está bien, pero lo que importa es cómo llevarla a tus zapatillas:
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5 minutos de respiración consciente: comienza el rodaje observando tu inhalación y exhalación, sin forzar nada.
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Escaneo corporal en movimiento: dedica unos segundos a notar cómo sientes tus pies, rodillas, hombros o mandíbula.
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Mantras simples: repite mentalmente frases como “ligera y constante” o “paso a paso” para mantenerte centrada.
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Cierre con gratitud: al terminar, dedica un minuto a reconocer lo que tu cuerpo te permitió hacer ese día.
Cómo empezar si nunca has practicado
No necesitas experiencia previa. Puedes comenzar con 2-3 minutos diarios de respiración consciente en casa y después integrarlo en entrenamientos suaves. Existen aplicaciones como Headspace o Calm que ofrecen meditaciones guiadas específicas para deportistas. La clave es la progresión: primero en rodajes cortos, y poco a poco en entrenamientos más exigentes o incluso competiciones.
Un cambio de enfoque
Correr con mindfulness no significa ir más rápido ni acumular más kilómetros, sino vivir la experiencia de forma más plena. Si el running ya es un espacio personal para liberar tensiones, combinarlo con meditación puede convertirlo en tu momento favorito del día.
La próxima vez que salgas a correr, prueba algo sencillo: apaga los auriculares un minuto, escucha tu respiración y siente el contacto de tus pies con el suelo. Descubrirás que la concentración y el disfrute también se entrenan, igual que la resistencia o la fuerza.