- Uso: entrenamiento diario
- Pisada: neutra
- Peso: 269 g (M) y 298 g (H)
- Drop: 6mm
- 200 € en BIKILA.ES
Debe ser porque, como todo el mundo, me voy haciendo mayor, cada vez soy más fan de las zapatillas gruesas, altas, maximalistas que traen fantásticas espumas que no solo amortiguan, sino que su elasticidad y geometría hacen que sea un poco más fácil correr y, sobre todo, mucho menos lesivo.
La última gran novedad en este aspecto que hemos probado (y seguimos) ha sido la Brooks Glycerin Max. Brooks ya tiene en su colección diferentes “Max” con esta nueva incorporación: la Hyperion Máx para rendir, la Ghost Max para todos los corredores y todos los días y la Glycerin Max con mejor y más amortiguación para quien quiera un modelo premium.
Brooks también ha aprovechado este modelo para presenta con orgullo la nueva amortiguación DNA Tuned que la separa claramente de la Ghost Max y también de la Glycerin normal. DNA Tuned es un nuevo paso más en las amortiguaciones adaptativas que los americanos han podido aplicar desde hace más de 20 años, llegando directamente del innovador laboratorio BlueLine de Brooks.
Esta espuma se desarrolla mediante un proceso supercrítico con nitrógeno inyectado al material, pero además cuenta con una estructura de celdas al expandir la espuma que consigue un tamaño doble: celdas más grandes en el talón para conseguir que los aterrizajes sean más suaves, con celdas más pequeñas en el antepié para proporcionar un despegue más reactivo y enérgico. A un volumen tan alto de espuma no se le puede dejar una geometría plana, por lo que se ha esculpido un marcado GlideRoll Rocker que ayuda a promover las transiciones más suaves y fáciles posibles. Básicamente es que el pie se mueva como una mecedora.
El look de la nueva Glycerin Max es brutal, pero todo está envuelto en una parte superior de malla de aire igualmente elegante y segura para conseguir una máxima comodidad. El perímetro está reforzado con el propio punto de la malla al ser más denso, y su construcción única de horma lineal está diseñada para ser inclusiva para casi todas las formas de pies. Es amplia pero no sobra, y Brooks asegura que se adapta bien a las plantillas ortopédicos si es necesario.
Si bien esta belleza se centra en la experiencia protectora y de máxima amortiguación, cuenta también con una suela de goma donde solo hay material en las líneas de apoyo, una colocación estratégica para que no falte tracción, durabilidad y, además, la espuma se pueda expandir un poquito más entre las piezas de goma y resulte todo más suave. En suelo húmedo agarra bien.
CÓMO SE COMPORTA
La Brooks Glycerin Max se sienta grande según empiezas a moverte (el perfil llega hasta los 45 mm). También notas que es segura y que nada se inclina por los laterales, y a pesar de su proporción trasera es muy fácil pisar con el mismo centro de la zapatilla y que se mueva casi sola hacia delante.
Es muy curioso también comprobar cómo en una cuesta abajo el talón es blandito y suave y, después, cuando aprietas el ritmo la mitad delantera permite empujar con firmeza y utilizar la fuerza para avanzar sin hundirte en la espuma. No es rápida, pero sí que deja correr a ritmos de crucero interesantes en las tiradas largas. Tampoco se siente pesada. Creo que está bastante bien ajustado el peso para todo lo que tiene.
Si estás pensando en comprar una zapatilla de running para mejorar tu entrenamiento a base de volumen o solo llevar lo último y más cómodo por tener la más novedosa innovación, puedes elegir sin miedo las Brooks Glycerin Max porque prioriza al corredor. Es un gran modelo anti lesiones.
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