Por qué practicar deporte al aire libre te hace (más) feliz

Que salir a correr nos hace más felices no lo decimos solo nosotros, sino también los últimos estudios científicos.

SOY CORREDOR para ASICS

Por qué practicar deporte al aire libre te hace (más) feliz
Por qué practicar deporte al aire libre te hace (más) feliz

Hacer deporte es valioso para nuestro cuerpo y para nuestra mente en cualquier circunstancia, pero hacerlo en la naturaleza dobla los beneficios en lo que a eliminar el estrés y mejorar tu estado de ánimo se refiere.

Distintas investigaciones científicas han probado que es suficiente con dos horas a la semana en contacto con el medio natural para lograr importantes mejoras en nuestro estado de salud. No sólo tiene una influencia directa en atenuar nuestros niveles de estrés; también se manifiesta una disminución de la presión sanguínea y del riesgo de problemas cardiovasculares, así como de sufrir asma, alergias o diabetes.

Una de las claves de hacer ejercicio al aire libre es que la exposición a la luz solar aumenta nuestros niveles de vitamina D. Esta solo se consigue de tres formas: a través de la comida (alimentos como el salmón, los huevos, las setas, la leche entera o las sardinas son ricos en vitamina D), con suplementos o de la forma más natural: exponiendo nuestra piel a luz del sol.

Podemos pensar que, con el sol que tenemos en España, vamos sobrados de vitamina D, pero no es así. Los últimos datos confirman que más del 50% de los españoles tenemos carencia en esta vitamina, que tiene efecto directo tanto sobre nuestro rendimiento en el deporte como en nuestra salud. Y es que la vitamina D contribuye a la salud de nuestros huesos, al control de la glucosa sanguínea, baja nuestra presión arterial, facilita la regulación hormonal y mejora nuestra salud cardiovascular y la respuesta inmunológica. Tanto la ansiedad como la depresión están relacionadas con la falta de vitamina D.

Correr, montar en bici, patinar, subir montañas… Todas las actividades deportivas al aire libre tienen beneficios sobre nuestra salud física, pero también sobre la mental. Una de las claves es que, cuando estamos en relación con la naturaleza, se produce un doble efecto positivo para nuestra salud mental. Por un lado, con solo 20 minutos de actividad en el medio natural ya es efectiva una caída del cortisol o la adrenalina que alimentan nuestro estrés y, por el otro, se dispara la liberación de serotonina en nuestro cerebro (“culpable” de un estado de ánimo más optimista) y suben las endorfinas que aumentan nuestra sensación de bienestar. 

Estar en contacto con el medio natural es la mejor receta que se puede dar en situaciones en las que nos encontramos agobiados ya que, además de lo ya comentado, tiene otro efecto muy relevante para ver luz al final del túnel. Esto tiene que ver con una hormona llamada oxitocina, que disminuye la actividad del sistema nervioso simpático y del eje hipotálamico-hipofisdario-suprarenal, lo que se traduce directamente en un efecto antiestrés.

Hay que señalar otro efecto de los deportes en la naturaleza que tienen el equilibrio como una de sus características como puede ser el mountain bike o el trail running. Precisamente el trail está viviendo una época dorada y cada vez son más los corredores que se atreven a probarlo. Carreras como la ASICS Penyagolosa Trails se han convertido en fijas para muchos corredores, que disfrutan del contacto con la naturaleza y una organización impecable. El desafío propioceptivo que nos suponen este tipo de deportes estimula el hipocampo de nuestro cerebro, lo que mejora nuestra capacidad para aprender y desarrolla nuestra memoria.

Y todavía nos queda una última “carta” para convencerte de que pongas entre tus prioridades esas dos horas semanales en la naturaleza (como mínimo). Con la pandemia, se han multiplicado los problemas con la calidad del sueño. En la melatonina está una de las soluciones al insomnio; la puedes conseguir en un bote o de forma natural, ya que ese tiempo que pasamos a la luz solar ayuda a nuestro cerebro a aumentar la producción de melatonina, la hormona que favorece un mejor descanso nocturno.