Este domingo Álvaro Arbeloa fue uno de los miles de corredores que disfrutaron del Maratón de Valencia Trinidad Alfonso EDP. Él, como tantos otros deportistas anónimos, tuvo que lidiar con la mágica distancia, los 42 kilómetros y 195 metros. Hablamos con él sobre su primera experiencia como maratoniano, en la que se topó con un muro tremendo que le llevó a completar el recorrido en 3:15:51 habiendo pasado el medio maratón en 1:25:29.
Primer maratón, ¿cómo lo afrontabas?
Después de hacer el Challenge Madrid en distancia medio Ironman a final de septiembre quería hacer un maratón y pensé en Valencia porque en octubre y noviembre tenía muchas semanas para prepararme. La verdad es que mi idea era bajar de 3 horas y pero ya en los entrenamientos me costó bastante, no sé si fue por venir de correr el triatlón, pero no he conseguido coger ritmos rápidos durante toda la preparación. Llegaba muy justo al maratón, traté de arriesgar y pasó lo que tenía que pasar.
¿Has disfrutado de la preparación?
No. La verdad es que a mí me gusta tanto entrenar como competir y disfruto machacándome en las sesiones de preparación. A Valencia fui tratando de quitarme la espina de los entrenamientos y poder disfrutar de la competición. Por ejemplo, antes del medio maratón del EDP RnR Madrid Maratón en el que hice 1:16:50 disfruté muchísimo, pero esta vez no. Además fuimos padres de nuestro cuarto hijo 15 días antes de la carrera, con todo lo que ello conlleva.
A todos los que somos amateur nos pasa lo mismo, solo buscamos superarnos a nosotros mismos, darlo todo y tener la sensación de habernos vaciado.
¿Qué te gusta más el atletismo en ruta o el triatlón?
Me gustan las dos disciplinas, ya que todo lo que sea competir me encanta. Es verdad que la infraestructura de la carrera a pie es mucho más sencilla y cómoda.
Hablemos de la carrera. A partir del medio maratón empezaste a sufrir, ¿cómo aguantaste tanto?
Perdí dos geles y tuve que cambiar un poco la estrategia. En el kilómetro 24 ya vi que me iba a costar mucho e hice mal en no aflojar y seguí manteniendo el ritmo hasta que reventé. En el 30 paré a caminar y para mi eso es un fracaso ya que las carreras las entiendo corriendo de principio a fin. Un completo desastre. No me retiré porque tenía el hotel al lado de meta y me daba igual ir por el trazado de la carrera que por fuera, pero la verdad es que me dieron muchas ganas de abandonar.
¿La gente te reconoce cuando corres carreras?
Sí me suelen reconocer. El domingo en Valencia iba un poco tapado con gorra y gafas pero me suelen reconocer y además noto mucho el apoyo del público. Sus ánimos son muy importantes.
Una persona como tú que lo ha sido todo en el deporte de élite, ¿cómo asimila que aquí sea uno más?
Lo llevo bien porque lo que me gusta de esto es que no puedo competir contra los demás. No hablo solo de los atletas de élite, si no también de multitud de corredores amateur que corre, nada y pedalea muchísimo más que yo. Pero al final es mi lucha contra el reloj y contra mi mismo. Es mejorar en cada prueba. A todos los que somos amateur nos pasa lo mismo, solo buscamos superarnos a nosotros mismos, darlo todo y tener la sensación de habernos vaciado.
¿Cuál es tu próximo objetivo?
No sé cuál será el más inmediato pero tengo claro que me queda por hacer un maratón de verdad. Y si el deporte algo me ha enseñado es que siempre te da la revancha así que habrá que coger fuerzas para volver a calzarme las zapatillas.