Los smoothies son batidos naturales que actualmente están muy de moda gracias a las increíbles propiedades nutricionales de sus ingredientes. Puedes jugar con ellos según el tipo de beneficio que quieras obtener o simplemente combinar las frutas que más te gusten para tener una merienda saludable y deliciosa a partes iguales.
Un aspecto positivo de los smoothies es que puedes tomarlos inmediatamente después de tu entrenamiento. De hecho, las recetas de smoothies que te vamos a proponer a continución están enfocadas a algún aspecto deportivo, para que encuentres una forma original de hidratarte y nutrirte después de hacer ejercicio. ¿Te aburre tomar siempre una pieza de fruta o el clásico batido de proteínas? Descubre otras opciones.
3 recetas de smoothies para después de hacer deporte
- Smoothie de fresa y cereza.
La primera de nuestras recetas tiene un sabor muy característico. Para elaborarla necesitarás medio vaso de cerezas, medio vaso de fresas, un puñadito de nueces y un vaso de té verde. Este es uno de los smoothies que no lleva leche, pero a cambio aprovecharás las propiedades del té verde, un poderoso antioxidante y diurético. Es una bebida muy recomendable para la relajación muscular y con un buen aporte vitamínico.
- Smoothie de papaya, plátano y jengibre.
Para este batido debes utilizar medio vaso de yogur 0%, una papaya, una cucharadita de jengibre, medio limón exprimido y un plátano. Puedes añadir también hielo picado si quieres que tenga más consistencia, similar a la de un granizado. Es un smoothie que puede ayudarte a recuperar la energía que has perdido durante el entrenamiento y, además, a estimular el tránsito intestinal. Muy adecuado si sueles hacer deporte por las mañanas.
- Smoothie de plátano, frutas del bosque y naranja.
Este smoothie puede echarte una mano con la recuperación muscular gracias a su aporte de potasio, además de reforzar el sistema inmunitario por su alto contenido en vitamina C. Para prepararlo solo tienes que poner en la batidora un plátano, una naranja pelada, medio vaso de frutas del bosque y un vaso de leche desnatada o vegetal. Mézclalo todo bien y tómatelo cuando llegues del gimnasio.
No es necesario endulzarlo, pero si te has pasado con la naranja y quieres contrarrestar la acidez, puedes añadir un poco de Stevia o un chorrito de miel o sirope de ágave, edulcorantes naturales más saludables que el azúcar blanco de mesa tradicional.