La revista Corredor os selecciona quince rutas por las que correr, a las que escaparse a bajar las cervezas, por las que hacer más sitio para la siguiente merienda, esmorzaret o lo que se tercie. Que para eso estás de vacaciones. Para eso y para más, pero ya nos entendemos.
ALREDEDOR DE CADIZ
- Distancia 10.2km. Desnivel 104 m.
- Salida: 36.527561,-6.292549
- RUTA EN WIKILOC.
Donde uno quiera bajar a ese frente atlántico de Cádiz estará bien hecho. Los vientos y un paseo exagerado de grande conforman una pista de trote donde uno nunca se aburre. Si estás de ronda veraniega por la ciudad que fundaron los fenicios, por la ciudad de los carnavales o del cachondeo artístico del club de fútbol amarillo y mágico, usa ese balcón porque lo echarás de menos cuando regreses a casa.
Yo sugiero bajar a la zona del minarete 1812, que queda a la espalda del teatro romano, de la plaza de la Merced, por donde ya asoma la playa de Santa María del Mar o, si estudiaste por allí, donde el Campo del Sur. De ahí sigue el rastro del poniente en dirección a la Caleta. Si sales justo antes de atardecer, que sepas que te propongo un recogidito en sentido de las agujas del reloj. Lleva gafas de sol y escudriña cada metro de las casas y los muros traseros de Santa Cruz, de la catedral que da la espalda al mar o de las calles de pueblito que son Obispo Urquinaona, Abreu o Arbolí.
Irás flotando por un terreno rocoso, testigo de estrategias navales, pero también de cómo se aprovecha desde miles de años cada metro cuadrado del territorio que abre a la península a los mares.
El primer objetivo de este pase sintetizado en entrenamiento (al fin y al cabo estas rutas veraniegas han sido resúmenes con prisa de tardes de paseo), es que llegues al puente hierro que da acceso al Castillo de San Sebastián. Irás flotando por un terreno rocoso, testigo de estrategias navales, pero también de cómo se aprovecha desde miles de años cada metro cuadrado del territorio que abre a la península a los mares.
La comodidad de sentirse sobre zonas peatonales y un carril bici de amplitud te llevará de regreso a la playita de los atardeceres, la Caleta. Rodéala hacia tu izquierda y continúa por Santa Catalina, otra referencia defensiva de la ciudad, y sus muros marineros. Por ahí tienes aún dos kilómetros más hacia el paseo de Santa Bárbara y los jardines de Carlos III, el baluarte de la Candelaria y los ficus centenarios de los jardines de la Alameda. El último kilómetro de ida yo lo haría por la sombra que da el baluarte amurallado en la calle Honduras, para atravesar por debajo del pequeño túnel y asomar al puerto. Podría ser que no te incomode ir más rato al sol y quieras seguir pegado esos metros al mar. Para ello sigue siempre la elevación peatonal del baluarte y toma referencia en tu kilómetro cinco.
El regreso, como imaginarás, incluye otro saludo al espigón del castillo de San Sebastián. De todas maneras no desaproveches cruzar del Campo del Sur, ya con el atardecer a tu espalda, y meterte corriendo por la plaza de la Catedral y el auténtico escenario de la teatralidad gaditana que es la calle Pelota. Que se te vea disfrutar y, con suerte, te dediquen un chiste o, quién sabe, lo mismo inspiras a un maestro letrista y terminas siendo objeto de culto en una chirigota.
Tampoco hay que tentar mucho la suerte: es una calle peatonal de un tamaño angosto. Si ves que hay demasiado jaleo siempre se puede girar en la plaza de San Juan de Dios,el gran espacio público del ayuntamiento de Cádiz,y bajar a decir adiós a tu punto de partida. Una ducha y a por el secreto.
EL SECRETO DE CORREDOR
Estamos en época de calor y yo tengo que recomendar una heladería que me tiene enamorado. En la discreta plaza de la Candelaria está El Limonero (Pza Candelaria, 3). Hay decenas de joyas pero no pierdas la oportunidad de pedir si tienen ese día helado de leche de cabra. Que no se diga que no he avisado.