Opinión

¿Es mejor dar positivo por dopaje que no estar en tres controles?

La sanción a Mo Katir, ampliada esta semana hasta los 4 años, contrasta con la de un mes aplicada a la tenista Iga Swiatek por dar positivo por trimetazidine (TMZ) o la ausencia de sanción al también tenista Jannik Sinner después de dos positivos por un anabolizante.

Nacho Barranco

2 minutos

Mo Katir y Jannik Sinner, dos deportistas con procesos irregulares antidopaje en este 2024. SPORTMEDIA / EFE.

Esta semana hemos conocido que la sanción de Mo Katir por no estar presente en tres controles antidopaje, fijada en dos años el pasado mes de febrero cuando se anunció su incumplimiento del reglamento antidopaje, se ha visto aumentada hasta los cuatro años después de que Sports Resolution, organismo que tramita los procedimientos disciplinarios de World Athletics, determinara que cometió tamperingo lo que es lo mismo, manipular o intentar manipular alguna parte del proceso del control antidopaje.

Katir se expone así a una sanción que le lleve estar inhabilitado hasta febrero de 2028, a punto de cumplir los 30 años, aunque esta decisión puede ser recurrida al TAS como el propio atleta informó en el comunicado emitido tras el anuncio de la sanción.

Este proceso abierto contra el atleta español está siendo muy comentado no solo en nuestro país, sino también en medios de comunicación de todo el mundo que se han hecho eco de la misma mientras los aficionados, por lo general, aplauden la decisión de la Unidad de Integridad de Atletismo. No en vano, Katir era uno de los atletas sobre los que siempre ha sobrevolado la sombra del dopaje con el único argumento de que su progresión en 2021, año en el que saltó al máximo nivel mundial, no concordaba con las bases estipuladas por los que creen tener el libro de instrucciones del atletismo.

Sanciones muy distintas en otros deportes

El proceso sancionador de Mo Katir contrasta con los dos escándalos que ha vivido el tenis en los últimos meses, con un positivo por trimetazidine (un modulador hormonal y metabólico) de Iga Swiatek y un doble positivo por clostebol (un anabolizante) de Jannik Sinner. Swiatek, número dos del mundo, ganadora de Roland Garros este mismo año, cometió la infracción en pleno mes de agosto, en un periodo fuera de competición, mientras que los dos positivos de Sinner están fechados en marzo de este mismo año, durante el torneo de Indian Wells y después del mismo. Sus sanciones posteriores, irrisorias: un mes para la polaca, sin sanción para el italiano.

Swiatek apeló ante un tribunal independiente en septiembre, explicando que la fuente del trimetazidine era la melatonina que había comprado sin receta en Polonia. Una contaminación confirmada por un laboratorio de Estados Unidos. Por su parte, Sinner acusó a su fisioterapeuta de haber contaminado su cuerpo a través de una crema que llevaba clostebol y que se había puesto en una herida antes de darle un masaje que realizó sin guantes. La explicación, pese a ser candidata a acceder al club de excusas baratas, sirvió para exonerar al tenista y evitar cualquier sanción. 

Un aviso a navegantes

De esta forma quedan claras tres cosas. La primera es que a día de hoy la Unidad de Integridad del Atletismo es el organismo más estricto a la hora de controlar cualquier deporte a nivel mundial, lo cual es positivo en lo que respecta a la igualdad y justicia de nuestro deporte. La segunda es que saltarse tres controles y tratar de engañar a la hora de justificar uno de esos fallos (por lo que han sancionado a Katir) es más grave que dar positivo en un control antidopaje. Y la tercera es que la Unidad de Integridad del Atletismo quiere hacer del proceso a Katir uno ejemplarizante, dejando clara su posición con respecto a los fallos de localización y, sobre todo, al tamperingel motivo por el cual la sanción del mediofondista español se ha visto aumentada hasta los cuatro años.

Relacionados