Mantener el cuerpo correctamente hidratado se antoja vital para un correcto funcionamiento del organismo, sobre todo si eres asiduo a hacer deporte. Tienes que tener en cuenta que cuando realizas cualquier ejercicio de alta intensidad, tu cuerpo empieza a sudar de forma considerable, provocando que pierda gran parte del agua y las sales minerales que lo componen.
Por esta razón, es importante beber suficiente líquido antes, durante y después de cualquier entrenamiento. De esta forma, puedes evitar las molestias provocadas por las agujetas y asegurarte de que todos los músculos, los órganos y las articulaciones quedan debidamente oxigenados.
¿Qué tipos de deshidratación existen?
Una vez dicho esto, también es fundamental saber que existen tres tipos diferentes de deshidratación. Cada uno de ellos tiene sus propios síntomas, que vamos a detallar a continuación:
- Deshidratación isotónica.
Es la más extendida dentro del mundo del deporte y se caracteriza por que la pérdida de solutos es similar a la de agua. Puede surgir tras un ejercicio de alta intensidad o por un proceso de gastroenteritis leve. Entre sus síntomas principales cabe destacar la aparición de ojeras o turgencias en la piel.
¿Cómo se puede tratar? Algunos deportistas evitan la deshidratación isotónica aumentando el consumo de agua, que complementan con sueros y bebidas ricas en sales minerales.
- Deshidratación hipertónica
Suele afectar a entre un 15% y un 20% de la población mundial y se produce cuando la pérdida de agua es mayor que la de sales minerales. Su sintomatología se caracteriza por una sensación de sed muy fuerte, procesos febriles e irritación de las vías respiratorias. También puede aparecer por una excesiva exposición a los rayos del sol.
¿Cómo se puede tratar? A la hora de aliviar la deshidratación hipertónica, se suele recomendar aumentar el consumo de agua y otros alimentos en formato líquido como sopas de verduras, zumos e infusiones.
- Deshidratación hipotónica
Esta tipología llama la atención por la pérdida considerable de cloruro de sodio (sal) en el organismo. Se suele dar sobre todo en aquellas personas que realizan trabajos en el exterior a altas temperaturas como, por ejemplo, bomberos o constructores. También la pueden padecer deportistas que hacen rutinas demasiado exigentes al aire libre. Entre sus síntomas más importantes encontramos vómitos, fatiga y diarreas.
¿Cómo se puede tratar? En este caso, los expertos pueden aconsejar tomar bebidas ricas en sales minerales. También se puede aumentar el consumo de sal al sazonar los alimentos de la dieta. Aunque se debe hacer siempre con moderación y bajo la supervisión de un nutricionista, con el objetivo de evitar enfermedades cardiovasculares como la hipertensión.