Las bebidas isotónicas puedes debilitar nuestro esmalte dentario

Un exceso en el consumo de bebidas isotónicas, sin una buena limpieza dental, puede provocarnos serios problemas.

Giuliano Frágola

Las bebidas isotónicas puedes debilitar nuestro esmalte dentario. Foto: iStock
Las bebidas isotónicas puedes debilitar nuestro esmalte dentario. Foto: iStock

Hoy en día el consumo de alimentos y bebidas con pH ácido es cada vez mayor, sobre todo en lo relacionado con el deporte; es muy habitual que los corredores ingerir grandes cantidades de bebidas isotónicas antes durante y después de su entrenamiento y/o carreras.

¿Qué es el pH de los alimentos?

El pH es una medida que indica la acidez o alcalinidad de los productos en una escala de 1 a 14 siendo los valores inferiores a 7 considerados como ácidos.

Estos ácidos pueden ser de origen endógeno, como los jugos gástricos o exógenos como las bebidas isotónicas, carbonatadas y otros.

El ácido es necesario para los procesos de digestión, es secretado en el estómago y permite la disolución de los alimentos que tomamos durante la ingesta, estando la mucosa de nuestro estómago preparado para este fin.

El problema surge cuando se produce una extravasación o salida de dichos ácidos al esófago por el reflujo o el vómito, irritando en su trayectoria de salida a la mucosa esofágica, laringe y a la cavidad oral, dientes y mucosas.

Las personas lo refieren como sensación de ardor, de quemazón, producida por el transito del ácido en sentido ascendente a través de los órganos anteriormente citados.

Si este proceso se reitera con frecuencia poco a poco se va produciendo un ataque químico sobre el diente que con el paso del tiempo se manifiesta generalmente con pérdida de sustancia y sensibilidad térmica en la mayoría de los casos. La sensibilidad térmica puede ser al frío, más común, o al calor, con intensidades muy variables. 

En la siguiente tabla se muestra el pH de algunos de los alimentos más comunes pudiendo observarse la elevada acidez de los mismos:

Sorprendentemente muchos de las bebidas y frutas que ingerimos de modo habitual presentan un pH ácido, lo que no significa que no deban consumirse por riesgo de sufrir erosión ácida, sino que habrá que hacerlo con moderación, eliminando al mismo tiempo factores de riesgo dentales para que el ataque ácido no se produzca, o pueda ser contrarrestado por la acción tampón de la saliva.

¿Qué es la erosión ácida?

La erosión ácida es un proceso de desmineralización del esmalte dentario producido principalmente por el efecto de las sustancias ácidas de los alimentos y líquidos que ingerimos provocando que el esmalte sea más débil y por lo tanto más susceptible al desgaste.

Otra causa importante de la erosión son los problemas digestivos, los reflujos gastroesofágicos y trastornos de la alimentación como la bulimia, con la aplicación de conductas compensatorias siempre peligrosas como son los vómitos, el abuso de laxantes o diuréticos, el excesivo ejercicio físico, ayunos y la ingesta de diversos fármacos “adelgazantes”.

El proceso de erosión es de naturaleza química, por diferencia de pH, no interviniendo la acción bacteriana u otros factores que generarían otro tipo de patologías o complicarían la patología de la erosión, con filtraciones al interior de los dientes y los consiguientes flemones por afectación dentaria pulpar.

Debilita el esmalte dentario, apareciendo cavidades lacunares rodeadas de esmalte, que generan hipersensibilidad térmica y a determinados alimentos como las frutas ácidas, kiwi, fresas, naranjas o limones etc. o a dulces como el chocolate entre otros.

Pueden observarse dientes con cambios de color en el centro, mas anaranjados, dientes con bordes más redondeados debido al contacto de unos contra otros en un esmalte debilitado a modo de “pulido por fricción”, aumento de transparencia en dientes anteriores y aparición de fisuras en la superficie de los mismos

Giuliano Fragola

Director Médico Estudio Dental Majadahonda

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