Seguro que conoces la importancia de beber agua para mantenerte hidratado, tanto después de la actividad deportiva como en cualquier otro momento del día. Sin embargo, los beneficios de esta práctica son mucho más amplios e incluyen cuestiones de salud, belleza e incluso relacionadas con el estado anímico.
Se recomienda beber en torno a dos litros de agua cada día y, aunque las necesidades cambian según la persona, la edad o el peso, por lo general no es bueno pasarse al lado contrario e ingerir agua en exceso. De hecho, ya hablamos en otro artículo sobre los peligros de beber cuatro litros de agua al día. Bajo esta premisa, ¿en qué te ayuda mantenerte hidratado?
Algunos beneficios de beber agua a diario
Entre los beneficios de beber agua, comenzamos con el que está más vinculado al rendimiento físico. Estar bien hidratado te puede ayudar a cansarte menos y, por lo tanto, a rendir más. El motivo es que el corazón debe hacer menos esfuerzo para bombear la sangre, pudiendo entonces dedicar parte de su fuerza a otros aspectos. También está relacionado con una disminución de los calambres musculares y un buen mantenimiento de las articulaciones.
No obstante, beber agua influye sobre todo en tu estado de salud. Por ejemplo, en muchos casos, el dolor de cabeza se puede evitar simplemente estando bien hidratado. Si sufres a menudo este tipo de cefaleas y no existe otra causa aparente, intenta beber agua frecuentemente y es posible que mejoren los síntomas. También es imprescindible para acelerar el metabolismo, algo que está muy ligado con la energía y el peso.
Otra de las ventajas de beber agua es que favorece el correcto funcionamiento del sistema digestivo, evitando el estreñimiento y haciendo que la descomposición de los alimentos y, como consecuencia, la digestión sean menos pesados.
Uno de los problemas de salud relacionados con la falta de agua en el organismo es la formación de piedras en el riñón. El agua que consumes a diario ayuda a que no se formen estos pequeños cálculos y, en cualquier caso, a que se disuelvan por sí solos antes de que tengan un tamaño más grande y te veas obligado a expulsarlos, un proceso que puede ser muy doloroso.
El agua es imprescindible para el cuerpo humano pues favorece el aumento de las defensas, mejorando el sistema inmunológico y ayudándote a evitar resfriados, gripes y afecciones similares. Por último, el agua puede acabar con la halitosis. De hecho, muchas veces, el mal aliento se debe precisamente a una hidratación deficiente que provoca que las bacterias se queden en la boca y, por lo tanto, se manifiesten a través de olor desagradable.
