Con la llegada de la primavera y el verano las salidas al monte son más largas y siempre con menos ropa. La vegetación, cuando se retira la nieve y tras las lluvias de los meses previos ha explotado con toda su frondosidad para rodearnos en nuestras salidas. Y es esa misma vegetación la que puede albergar colonias de garrapatas dispuestas a venirse con nosotras como compañeras nada deseadas.
Las garrapatas son arácnidos de la familia de los ácaros. Son hematófagos (chupasangre) obligados de vertebrados en todo su ciclo vital. La garrapata perfora la piel y se fija a ella ya que secreta una sustancia cementante. El problema es que diferentes gérmenes pueden estar presentes en la saliva y el intestino de la garrapata y al intentar extraerla puede regurgitar parte del contenido e infectarnos.
De todas las clases de garrapatas la más frecuente en España es la Ixodes Rinicius.
¿Qué puede producir una garrapata?
Lo más frecuente es lo que llamamos una reacción a cuerpo extraño provocado por su saliva, algo parecido a la picadura de un mosquito, debido a una reacción alérgica local a las toxinas presentes en ella. Tenemos suerte porque la gran mayoría de las garrapatas no transmiten enfermedades.
Pero cuidado, algunas pueden ser portadoras de una bacteria, la Borrelia Burgdorferi, causante de la Enfermedad de Lyme (de la que hablaremos un poco más adelante) y que está presente sobre todo en las ninfas y menos en las garrapatas adultas.
¿Cómo sé que me ha picado una garrapata?
Siempre por observación directa; si pasamos por zonas al aire libre que sospechemos puedan ser zonas infestadas de garrapatas tenemos que revisarnos al acabar la actividad; sobre todo tenemos que revisarnos axilas, parte posterior de las rodillas, nuca, ombligo, cuero cabelludo, ingle, nalgas y cintura; aunque la zona más probable a la que se adhieran inicialmente sean nuestras piernas y luego migran a esas zonas calientes. He llegado a ver una garrapata en el empeine de alguien que había ido calzado y con calcetín alto.
¿Qué zonas son peligrosas?
Aunque solamente el 1-5% de las garrapatas de los ciervos (una de las principales víctimas de ellas) están infectadas por la bacteria de la enfermedad de Lyme, en algunas zonas hasta la mitad de los animales están infestados por ellas. Sobre todo las podemos encontrar en zonas boscosas de monte bajo, y hierba alta y hojarasca, muy frecuentes donde las diferentes áreas se juntan, en los lindes.
En el medio en el que yo me muevo habitualmente, los hayedos, son frecuentes en las zonas con helechos y en zonas de hierba alta frecuentadas por cérvidos y ganado.

¿Qué puedo hacer para evitar las picaduras de las garrapatas?
En primer lugar evitar las zona de peligro. Además de eso usar mallas o pantalones largos y calcetines altos o medias; vestir ropas de color claro para verlas con mayor facilidad (habitualmente son de color negro, marrón o rojizo), llevar visera o un pañuelo multideporte en la cabeza, el pelo largo recogido y no sentarse directamente en el suelo o cerca de paredes de piedra (los lindes) en zonas sospechosas.
Yo en verano, como otros muchos, corro con pantalón o malla corta y camiseta de manga corta o tirantes. En este caso el uso de repelentes específicos (en las farmacias nos pueden aconsejar e incluso en algunas de ellas los fabrican a granel) es casi obligatorio. Y desde luego revisarse al acabar. Yo que tengo pecas en las piernas y mi vista no es la que era, ante un punto sospechoso le hago foto con el móvil la amplio y a veces me encuentro ese desagradable abdomen rodeado de patitas de una garrapata que ha enterrado su cabeza en mi piel.
¿Qué es la Enfermedad de Lyme o borreliosis?
Pues es una liada bastante gorda. Es una enfermedad provocada por la bacteria Borrelia Burgdorferi y tiene la mala costumbre de ser difícil de diagnosticar.
Lo primero ante un estado pseudogripal con malestar y dolor muscular y articular días después de haber sido picado por una garrapata nos ha de hacer acudir al médico para realizar un diagnóstico correcto y si es preciso el tratamiento adecuado con antibióticos.
Hay que tener en cuenta que aunque las garrapatas son más activas desde el inicio de la primavera hasta pasado el verano pueden estar presentes en cualquier época del año y más ahora con estas primaveras adelantadas y estos inviernos templados.
Algunas personas desarrollan, tras la picadura, lesiones cutáneas llamadas eritema migratorio que aparece a los pocos días de la picadura (es raro más allá de la tercera semana) de unos 5 cm o más, es indolora y tiene diferentes tonalidades, muchas veces acompañada de febrícula y dolor muscular y articular.
Si la bacteria se disemina por nuestro organismo puede provocar afecciones del sistema nervioso (meningitis y afectación de las raíces nerviosas), hepatitis, afección de las glándulas sexuales e incluso afectación cardiaca y articular (sobre todo rodillas). Cansancio, insomnio, nerviosismo... Como veis, muy variadito.
El problema es que las afecciones graves a veces se diagnostican tras semanas de inicio de los síntomas y eso complica el tratamiento y la evolución de la enfermedad.
El síndrome post Lyme puede aparecer en hasta el 10% de las personas infectadas y puede perdurar el insomnio, el dolor osteomuscular... mas allá de los 6 meses.
¿Cómo eliminar una garrapata?
Nunca quemarlas, darles alcohol, gasolina, congelarlas con cloruro de etilo o líquidos antiverrugas, ya que estas prácticas pue- den provocar la regurgitación, el vómito de la garrapata y producir la infección.
Se ha de retirar con un extractor (los hay a la venta) o con una pinza fina cogiéndolas del punto del cuello más cercano a su cabeza y traccionar suavemente y con paciencia para facilitar la extracción. Nunca tirar fuerte pues la cabeza se quedará dentro. Yo a veces utilizo una aguja estéril y un bisturí para rasgar suavemente la piel (sin producir sangrado) junto al cuello de la garrapata para así favorecer su extracción.
La garrapata precisa de, al menos 72 horas para transmitir la enfermedad por lo que si observamos la garrapata tras unos días sería aconsejable guardarla por si comenzáramos con síntomas poder analizarla y acudir al médico para que nos paute un antibiótico entre 3 y 5 días a modo de prevención.
Así que ya sabéis, como otras muchas ve- ces y como decía el gran Ramón Sánchez Ocaña: “Más vale prevenir”. Evitar zonas sospechosas, el uso de repelentes y la revisión al acabar la actividad son las tres medidas más efectivas. Y si nos ha picado alguna, pues extraerla adecuadamente o ir a un centro de salud para que lo hagan profesionales.