Ha comenzado un nuevo Ramadán. Social y emblemático, el periodo de ayuno que millones de musulmanes realizan en todo el mundo se convierte en una prueba de fuego especialmente para aquellos que, como los atletas de élite, trabajan con su cuerpo.
Los enfermos, los niños que no han alcanzado la pubertad, las mujeres embarazadas, lactantes y aquellas que tengan la menstruación están exsentos de realizarlo, pero no así los deportistas profesionales, entre ellos muchos atletas, que esos días adaptarán su rutina de entrenamiento para cumplir con la obligación impuesta por su religión.
Hablamos de ello con Ibra Chakir, uno de los mejores maratonianos de nuestro país, olímpico en los Juegos de París 2024 y cuya marca personal es de 2:07:32. Para el atleta de Asics este periodo "no es tan malo a nivel de entrenamiento, ya que me sirve mucho para limpiar el organismo, por así decirlo".
Antes solía entrenar por la tarde para estar más cerca de la ruptura del ayuno.
En cuanto a organización, Chakir explica que cuando se encuentra dentro del Ramadán desayuna antes del amanecer y desde entonces trata de gastar la energía mínima más allá de los entrenamientos programados. "Entreno sobre todo por la mañana, para ir con el grupo, pero antes solía entrenar por la tarde para estar más cerca de la ruptura del ayuno", comenta.

Cuenta el atleta entrenado en Soria por Enrique Pascual Oliva que el año pasado, pese a no estar en Marruecos, donde le hubiera gustado vivir esta época, se sintió acompañado por otros atletas de su grupo de entrenamiento como Abdessamad Oukhelfen. "Muchas veces rompemos el ayuno juntos y eso es lo bonito del Ramadán, que es algo muy social", cuenta Chakir.
Tanto que en lugares como Ifrán, en el atlas marroquí, donde se entrenan muchos de los mejores mediofondistas y fondistas del Magreb, cambian completamente su horario para cumplir con el Ramadán. "Hacen el doblaje a última hora de la tarde, después rompen el ayuno y las series las dejan para la 1 o las 2 de la madrugada", cuenta el maratoniano español.
Lo peor, la hidratación
Dice Chakir que, sin ningún lugar a dudas, la peor parte del Ramadán no es otra que la de no poder beber durante las horas de ayuno. "En la noche procuramos hidratarnos muy bien, con sales y otro tipo de suplementos", explica.
Insiste el maratoniano que "para alguien que se dedica a correr es la peor parte, porque lo que te pide el cuerpo es beber tras el entrenamiento. Eso sí, lo tienes asumido y lo aguantas. Una vez escuché a Yago Rojo decir, cuando se encontraba en medio de una lesión, que su filosofía era la de 'vienes, lo haces y te vas', y en el Ramadán la idea durante el entrenamiento tiene que ser esa".
Cada año, diferente
Una de las características del Ramadán es que cada año cambia de fecha. Al depender del calendario lunar, que es 10 días más corto que el occidental, el periodo de ayuno se adelanta cada año esos diez días. "El año pasado no pilló mal del todo, ya que no es una época de entrenamiento fuerte o de competiciones, sobre todo para alguien como yo que se dedica al maratón", dice Chakir.
Sin embargo, este año 2024 "será mejor todavía porque llegará antes del cambio de hora y la ruptura del ayuno será mucho antes, a las seis de la tarde más o menos".