Daniela García nació en 2001 pero tiene más de 'boomer' que de Generación Z. En su estado de Whatsapp lo deja claro: "No tengo activadas las notificaciones. Así que si necesitas algo llámame por teléfono. Y probablemente tampoco lo coja". Es sencilla, como la vida que busca. Huye de los problemas y evita la confrontación. Daniela es paz y flow. Y así ha conseguido ser lo que nunca creyó que sería: Campeona de Europa de 800 metros. Lo logró hace poco más de una semana en Espoo (Finlandia) y desde entonces, aunque quizá todavía no lo asuma, su vida cambió para siempre. Porque (se) demostró que puede ser lo que quiere ser: atleta.
¿Qué significa para ti, a nivel deportivo, haber conseguido este título?
Es un reconocimiento. Nunca he sido primera, me cuesta mucho ganar carreras. Yo siempre había pensando en que, bueno, si corría Keely Hodgkinson y era segunda en el Europeo, iba a ser un buen resultado, pero ahora me he dado cuenta de lo importante que es ser ganadora. Es que... ¡Campeona de Europa! Siempre se me va a quedar ahí.
La semifinal fue complicada debido a que estuviste muy encerrada en todo momento. ¿Pasaste miedo?
No pasé miedo en los primeros 700 metros pero luego en la última curva... A ver sabía que tenía una fuerza tremenda y que iba a estar sí o sí entre las tres primeras, como si tenía que abrirme a la calle cinco. Pero encontré el hueco por dentro, me metí y de fuerza iba sobrada.
Me veía más atleta que mis rivales. En la final solo quería no cometer errores y sabía que eso iba a ser determinante para ser campeona.
¿Cómo se gestionaste el ser tan favorita de cara a la final?
La verdad que genial. Lo de ser favorita lo sabía desde que se cerraron los inscritos y es verdad que hace dos semanas, cuando vi las listas, sí que se me paró un poco el corazón. Pero lo estuve trabajando con Pabo del Río, mi psicólogo, y cuando llegué a Espoo ya lo tenía controlado. Y después, al correr la semifinal me vi muy superior. No sé, es que me veía más atleta que mis rivales. En la final solo quería no cometer errores y sabía que eso iba a ser determinante para ser campeona.
Tus rivales hasta te lo pusieron fácil. Nadie te cerró en la carrera.
Es que corrí muy cómoda. Yo creo que pagaron la novatada y eso me ha pasado a mí también. Lo que hizo la griega Despollari conmigo es lo mismo que hice yo con Anita Horvat en el Europeo en pista cubierta de Estambul. Supongo que ellas también aprenderán de esta carrera a nivel táctico. Disfruté mucho el proceso de la carrera. Iba súper cómoda y decidida. Yo sabía que iba a hacer eso, ponerme delante y que ellas iban a esperar a ver qué hacía la chica de rojo, que era yo.
Quiero que pienses en el momento en el que cruzas la línea de meta y te pones las manos en la cara. ¿Qué sentiste en ese instante y de qué te acordaste?
Fue como sentir el vacío. Solo pensaba en “ni de coña soy campeona de Europa”. En los últimos metros estaba pensando en mi familia, de verdad. Es que estaba todo el público gritando. Si mi familia o amigos hubieran estado allí habrían gritando con la intensidad con la que gritaban a la finlandesa, que fue segunda.
Llega el Campeonato de España y va a ser vital para poder estar en el Mundial de Budapest por la suma de puntos de cara el World Ranking. ¿Tienes la ambición de ir a ese Campeonato del Mundo o te conformas con tu temporada?
No tengo ambición por ir al mundial, sinceramente. Cuando se celebró el Campeonato de España Sub23 también era la Diamond League de Estocolmo, en la que había conseguido plaza. La RFEA no me dio el permiso de no correr el Nacional para poder estar en Estocolmo, aconsejándome que me centrara en mi Europeo. Desde el momento en que decidí que iba a ser así me he dejado de rollos de puntos de cara al mundial. Si es que no he buscado carreras fuera ni nada, así que si sale porque ha salido, genial, pero no lo he buscado.
En cualquier caso, el oro en Torrent es una guinda tremenda al pastel. ¿Cómo crees que puedes ser campeona de España?
Creo que la clave va a ser quien llegue mejor mentalmente y quien se coloque mejor en los momentos decisivos de la carrera.
¿En qué ha cambiado Daniela García desde que llegó a Madrid en 2019 a ahora?
Todo. Yo ni siquiera venía con el atletismo como prioridad. Y cuando me encontré en el CAR, en la residencia Blume… nunca había tenido contacto con este microcosmos. Porque en la isla (Mallorca) el atletismo era un complemento. Ahora es que desde que me levanto hasta que me voy a dormir pienso en atletismo.
Tras la final del Europeo me ha pasado algo raro: siento que domino el arte de competir.
Cada carrera que pasa es patente tu determinación por ser una figura importante en el atletismo. También el hambre que poco a poco tienes. Antes jugabas, ahora compites.
Al hilo de esto, me ha pasado una cosa muy rara, pero la victoria en el Europeo ha sido como trascendental en cuanto a mi relación y mi forma de entender los 800 metros. Es como si se hubiera desbloqueado para mí un poder táctica sobre el 800. No sé, algo muy raro, pero siento que domino el arte de competir.
Este año has hecho 4:12.56 en 1500 metros en una carrera lenta, con mucho margen de mejorar esa marca. ¿Te ves siendo competitiva en esa distancia?
Sí. Es que viniendo del 800 todo son cosas positivas si te pasas al milqui. Eso sí, me fastidia porque entrenar milqui me parece mucho más duro.
¿Qué se siente al ser parte importante de una generación femenina de mediofondistas de este nivel? Hay siete u ocho chicas españolas a un alto nivel en 800 y 1500 metros.
Me siento acompañada. En Madrid tengo para empezar a Marta Pérez y con Águeda Marqués tengo una muy buena amistad. Es un sentimiento de estar en el mismo barco más allá de la competitividad que tenemos.
Te voy a decir nombres y quiero que digas la característica que más te gusta de ellas.
- Esther Guerrero: Su amor por el atletismo y su longevidad.
- Águeda Marqués: Su locura.
- Lorea Ibarzabal: La determinación por querer alcanzar el nivel que tiene ahora.
- Marta Pérez: Es que... es todos los días. Su fortaleza de luchar contra ella misma y sus limitaciones.
- Zoya Naumov: Su compañerismo y positividad.
¿Y ellas qué crees que cogerían de ti?
Mi juventud (risas). En realidad, creo que mi continuidad y mi evolución a lo largo de los años.
La última. Tienes una forma muy característica a la hora de correr. Algunos te han comparado con una bicicleta, otros con atletas como Natalia Rodríguez... ¿Con qué o quién te gustaría que te comparasen?
Con una bailarina.