Atletismo

El milagro de Novales

Tariku Novales se convirtió en el cuarto español más rápido de la historia tras correr en el Maratón de Valencia Trinidad Alfonso en 2:07:18. Su resultado es casi un milagro teniendo en cuenta las semanas previas a la prueba.

Nacho Barranco

3 minutos

Tariku Novales es la punta del lanza del equipo masculino español en el maratón de París 2024. SPORTMEDIA

"He nacido para correr y es una gozada comprobarlo". Esa frase escribió Tariku Novales en su Instagram poco después de haber parado su cronómetro en 2:07:18 en el Maratón de Valencia Trinidad Alfonso 2022. Lo sabía pero no lo sabía. Gallego de raíces etíopes, uno de los mayores talentos de su generación, nunca había disfrutado de la continuidad necesaria para sentirse atleta de élite. Tampoco ahora, pese al éxito logrado en los 42 kilómetros y 195 metros de Valencia.

Lo que ocurrió ayer en el 'Maratón de Maratones' es un pequeño milagro si tenemos en cuenta que en la penúltima semana Novales solo pudo correr 23,7 kilómetros. Sí, en toda la semana. Había vuelto a Madrid después decasi un mes en Etiopía, entrenando a 2.600 metros de altitud, porque algo notaba en la zona alta de su pierna que empeza a avisar de que, si no se trataba como debía, no llegaría al 4 de diciembre en disposición de tomar la salida.

Estaba muy en forma. Así lo atestiguaban las tiradas de más de 25 kilómetros a 3:14 min/km y en la altitud etíope y él, que ya había debutado en maratón con un desastroso pero aleccionador 2:22:07 en el Rock 'n' Roll Madrid Maratón sabía que se encontraba ante una oportuindad única.

Los primeros kilómetros he ido un poco temeroso porque venía con una lesión y lo hemos conseguido tratar a última hora.

Pudo realizar una última sesión, el miércoles 30 de noviembre, que le abría de nuevo la puerta a un posible éxito en Valencia. Fueron tres repeticiones de 2.000 metros, con dos minutos de recuperación, en 5:45, 5:36 y 5:53. Sin exprimirse, solo intentando que el dolor en la cabeza del fémur, derivado de un tema nervioso, no se reprodujera. Había un haz de luz y era su única esperanza. Aquel miércoles fue un gran día para él y su entorno.

Novales con las adidas Adizero Adios Pro 3, el modelo con el que corrió en Valencia. SPORTMEDIA.

“Los primeros kilómetros he ido un poco temeroso porque venía con una lesión y lo hemos conseguido tratar a última hora", explicaba ayer tras acabar la carrera. De hecho, el calentamiento antes de la prueba tuvo que ser mínimo, evitando que el dolor despertara y arruinara sus esperanzas frente a los 42 kilómetros y 195 metros.

De su "no-debut" en Madrid (él considera que, por preparación y estado de forma, el debut oficial fue en Valencia) aprendió cosas. Más palpables que etéreas. Por ejemplo, sobre los avituallamientos: "en Madrid me di cuenta de que no asimilaba todo lo que yo quería ingerir y mejoré la forma de tomar los geles y los avituallamientos, algo que fue clave".

Los parciales más lentos a partir del kilómetro 35 no eran de ir reventando, sino del miedo de acelerar y pagarlo más adelante.

Eso y que tuvo el día que todos buscan. "Cuando quieres competir y las piernas responden es una sensación maravillosa", explica ahora, 24 horas después de su logro y apoyado en las muletas que alivian el dolor que recorre sus piernas, especialmente la parte alta de la derecha. Y repite una y otra vez que "salió y ya está", queriendo hacer ver que él no sabía que estaba para una marca de esas dimensiones, que le coloca como cuarto español de la historia a menos de un minuto del récord nacional de Ayad Lamdassem (2:06:25, Sevilla 2022).

Con él, precisamente, tuvo su particular duelo en las calles de Valencia. "Ayad cambió brusco en el 33, casi en el 34, pero yo sabía que a eso no podía ir. Es que estaba acojonado con petar. De hecho, los parciales más lentos a partir del kilómetro 35 no eran de ir reventando, sino del miedo de acelerar y pagarlo más adelante". Cuenta, también, que en ese momento en el que el de Bikila se marchó, él se quedó con el francés Nicolas Navarro, con quien consiguió volver a alcanzar a Lamdassem para después llegar como primer español a la moqueta azul de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Se desbordó en la línea de meta. Ver un 7 en el indicador de los minutos del cronómetro no es para menos. "Sé que tengo cualidades y capacidad para correr, pero necesitaba continuidad entrenando, algo que encontré en Etiopía", explica para justificar, en parte, semejante rendimiento con dos semanas previas de muy poca actividad: "tampoco es que esté mega sorprendido. Solo muy contento de que este haya sido mi verdadero debut".

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