Fue hace un mes y medio cuando Sara Gallego anunciaba haber sufrido un pequeño esguince que, por entonces creía que iba a trastocar su preparación de cara al verano 2023 tan solo unos días. Todo este tiempo después, la mejor cuatrovallista de la historia de España, semifinalista mundial y cuarta europea, sigue sin poder correr, con dolor y sin visos de una recuperación cercana. Su temporada, la de su consolidación en la élite en un año tan importante como este previo a los Juegos Olímpicos de París, se ha acabado sin ni siquiera comenzar.
De hecho, la atleta catalana, plusmarquista española de su distancia, en la que acumula las ocho mejores marcas de la historia de nuestro país, tampoco pudo debutar en pista cubierta por una lesión en el isquiotibial en un calentamiento previo a una competición. Si 2022 fue su año, 2023 lo cerrará en blanco. Y eso duele casi tanto como el tobillo cuya recuperación protagoniza ahora su rutina diaria de entrenamiento. Hablamos con ella en este capítulo antagónico al vivido repleto de euforia en Eugene y Múnich. Distinto pero también esencial en ese futuro que tiene por escribir una de las atletas más ilusionantes de nuestro país.
Lo primero de todo es saber cómo estás.
De salud estoy mejor que las semanas anteriores pero tampoco hay una gran mejora. Hemos estado con todo el equipo médico y el entrenador tomando decisiones importantes de cara a 2023 y 2024. El esguince no era de segundo grado, sino de tercer fgrado. El ligamento se rompió por completo y el edema óseo era lo que me estaba doliendo más. Después de un mes y pico sin nada de impacto todavía sigue molestándome. Incluso estábamos valorando si operábamos o no porque el ligamento seguía roto en la última resonancia que me hice. La verdad es que estamos con dudas.
¿Y cómo estás anímicamente?
Es verdad que físicamente estoy a tope con la psicina para sacar la energía por algún sitio pero anímicamente estoy peor. No tuve pista cubierta por la lesión en el isquiotibial y ahora esto. Es muy duro. A mí me encanta competir y no poder ni siquiera entrenar es una verdadera putada pero también estoy tratando de ver la parte positiva. Prefiero que me haya pasado este año y no el que viene. Ahora mismo mi prioridad es que se cure bien para que el año que viene no me dé problemas. Por eso planteábamos operar e hipotecar unos meses más.
Tras torcerme el tobillo, quizá forzamos algo más de la cuenta cuando no estaba regenerado y ahí la cagamos.
¿Qué fue exactamente lo que ocurrió?
Fue un esguince normal ya que tuve otro encuarentena y fue muy parecido. La otra vez estuve entre diez y quince días parada y es verad que fue justo en cuarentena, por lo que no me levantaba de la cama. En esta ocasión quizá forzamos algo más de la cuenta cuando no estaba regenerado y ahí la cagamos. Pero eso ya no vale de nada ahora y de eso ya hemos aprendido. Fue haciendo movilidad de vallas, además justo cuando ya estaba empezando a sentirme bien y con ganas de competir.
Supongo que da muchísima rabia después de la temporada 2022 que hiciste.
Mucha. Esta semana estaba algo chof y me puse ver carreras del año pasado y se me caían las lágrimas. Es que tengo tantas ganas de correr... y no puedo ni tortar. Es bastante duro. Estoy intentando ir menos al Centro de Alto Rendimiento porque ver a la gente ya a punto de estrenar la temporada me da impotencia.
Todo lo que tenías planeado, correr en Diamond League, pelear por la final de Budapest…
El año pasado dimos el salto de calidad y esta temporada, siendo pre-olímpica, la tenía super organizada. Quería entrar en la rueda de la Diamond League y todo este plan se va al garete. Pero como he dicho, siempre intento ver la parte positiva: vamos a intentar fortalecer puntos débiles y acumular toda la motivación posible de cara al año que viene. Siempre pienso que si pasa algo malo después tiene que venir algo bueno.
Hasta hace un par de semanas dudábamos si seguir pensando en el Mundial y eso me generaba ansiedad porque no llegaba a tiempo para estar en forma.
Antes de hablar por teléfono y saber de tu estado te iba a preguntar por si seguías soñando con el Mundial. Ahora entiendo que está descartado.
Totalmente descartado. Hasta hace un par de semanas dudábamos y de hecho eso me generaba ansiedad porque no llegaba a tiempo para estar en forma. Ahora ya tengo claro que este año no voy a hacer nada y ya tengo menos ansiedad en ese sentido. Me da pena, sí, pero es lo que hay.
Tú tenías la plaza prácticamente asegurada para ese Mundial teniendo en cuenta los criterios de la RFEA, ¿cómo valoras ese sistema de selección para las citas internacionales?
Siempre he pensado que no es positivo que tu propio país te ponga pegas para ir a un Mundial. Pero si el objetivo de la RFEA es ir al máximo, esos criterios son entendibles. Yo suelo cumplirlos y claro, lo veo desde la visión de que no es tan horrible, pero si no los cumpliera seguro que lo vería peor. Por ello y pensando en mis compañeros sí que me da rabia que haya tanta exigencia, porque nosotros estamos currando cada día y que te frenen en esa progresión no es lo mejor. Ojo, como he dicho entiendo los criterios de la federación si tenemos en cuenta sus objetivos, así que a nosotros nos tocará rendir al 110% para conseguirlos.

Aunque te queda mucho camino en el 400 metros vallas, ¿dónde crees que puede estar tu límite en cuanto a marca?
Yo creo que con una medalla en un campeonato internacional y bajando de 54 segundos habría cumpido con creces mis objetivos en esta prueba. Creo que se puede lograr, además.
¿Y después al 800?
Si consigo eso estaría satisfecha no, lo siguiente, y me podría plantear pasar al 800 porque es una prueba que me gusta mucho.
Vienes de una familia en la que el atletismo es muy importante. ¿Cómo es tener ese apoyo en cada momento?
En mi familia se habla cada día de atletismo. Está bien porque valoran muchísimo cuando hago cosas grandes y cuando pasa algo malo lo entienden a la perfección e intentan ayudarme. Mi hermana ha tenido un edema óseo y una fractura de estrés y me entiende, como yo a ella. Nos sentimos muy comprendidos.
Supongo que también habrá días que pensarás “ojalá estuviese sola”.
Sí, hay días que igual no estás tan bien que... Mi padre por ejemplo es un fanático del atletismo y comenta marcas o resultados que claro, cuando yo estoy lesionada prefiero no hablarlo y no saberlo. Pero también saben leer bastante bien la situación y se dan cuenta.
Siempre has mostrado tu sexualidad con total naturalidad en redes sociales. ¿Cómo gestionas ser un foco de visibilidad en las reivindicaciones del colectivo LGTBI?
Intento tratarlo de la manera más natural posible. Pienso que no hay que dar explicaciones de nada y si a alguien le parece mal que no mire. Apoyo al colectivo porque formo parte de él pero yo simplemente me muestro como soy, de forma natural. Es una faceta más de mi vida y la muestro como es.
Además, eres líder de una generación de atletas muy asociada a las redes sociales, con más de 50.000 seguidores en Instagram.
Creo que desde los 14 o 15 años estamos con las redes sociales y nos sabemos mover bastante bien en ellas. Por ejemplo, hay concentraciones en las que coincido con Aauri (Bokesa) y me pregunta cómo hacer las cosas en redes. A nosotros nos sale de forma natural y creo que se puede tener mucha repercusión.
¿Te sientes también líder a nivel deportivo?
Sí pero no. Es que está Asier, Jaël, María… Somos varios que tiramos del carro y gracias a ello nos hace crecer y motivarnos entre nosotros. A nivel de marcas quizá puedo ser superior que otras compañeras de mi prueba pero es que entrenando no soy la que mejor entrena o la que más peso levanta. Yendo a concentraciones igual hay chicas que no habrán corrido tan rápido como yo pero entrenan genial. Me siento muy orgullosa de formar parte de esta generación.
