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Mis primeros pinitos en el atletismo fueron con 11 años haciendo salto de longitud y velocidad, pero por mi condición física el entrenador quería que hiciese salto de altura, aunque yo me negaba. De los 13 a los 23 años estuve en el Club Baloncesto Elche con el mejor equipo, mejores compañeras y amigas. Conseguimos grandes logros, pero cuando dejé el equipo echaba mucho de menos los entrenos, partidos, viajes, celebraciones, etc. La complicidad que teníamos era increíble. Con 41 años lo retomé pero esta vez como hobby una vez a la semana.
En 2011 iba a hacer mi 1ª marcha solidaria con Amacmec (Asociación mujeres afectadas de cáncer de mama Elche y comarca). Casualidad que ese fin de semana mi madre ingresó de urgencia y fue diagnosticada de 2 tipos de cáncer, uno de ellos de mama. Fue ahí cuando dije que esa marcha la tenía que hacer corriendo, pero nunca me atreví. En 2017 una amiga también fue diagnosticada de cáncer de mama y ese año sí o sí la tenía que correr, ya que tenía una espinita que iba creciendo.
Un par de años antes ví un grupo de running que dirigía Pedro Antonio Esteso Herrera y tenían un grupo que era más reducido de chicas de varios niveles pero ninguno como el mío, yo empezaba de cero y con unos veintipico kilos de más en mi cuerpo. Quedé con ellas en que cogería un poco de fondo y me uniría a ellas. Empecé a trotar con Elías (mi marido) porque yo nunca salía sola (¡que vergüenza!) y cuando conseguí aguantar 20-30' cambié mi vida laboral y todo se quedó ahí, en nada, así que dejé de entrenar.
Mi marido que sí salía a correr por su cuenta pero le resultaba monótono, le hablé del grupo de Pedro, que ya lo conocía por su trayectoria deportiva y qué mejor tenerlo a él como entrenador. Fue, probó y se quedó. Eso hizo que yo no perdiera el gusanillo de los 10k AMACMEC.
En 2017 hablé con Pedro, le dije que en 2 meses quería hacer la carrera, me unió al grupo y me ayudó a quitarme esa espinita. Me daba igual el tiempo en llegar a meta. Lo importante para mí era hacerla sin parar y por ellas, sobre todo por mi madre y mi amiga Manoli.

Un par de semanas antes nos fuimos a Valencia junto a muchos compañeros de equipo. Yo estaba viviendo algo que hacía muchos años no vivía: unión , equipo, compañerismo.... Hice el 10k llevando de liebre a Elías. Increíble el ambiente en Valencia para los novatos. Día cargado de emociones, como ver a mi familia que habían querido madrugar para verme en mi primera carrera (fue una sorpresa increíble), ver a mis compañeros y a Pedro en meta fue de una alegría inmensa... TODOS EN META una frase muy nuestra y que yo me acuerdo mucho de ella para no rendirme cuando pienso "ya no puedo más".

Los compañeros hacen que me supere, siempre los tengo de referencia. Me hacen madrugar para correr (cosa de locos y criticado por mi), lo hago porque me reconforta. Ellos han conseguido que de varios 10k o pequeñas distancias haga una media maratón (estoy pendiente de otra suspendida por el Covid-19), han hecho que haga carreras de montaña (con el miedo que tengo a las alturas) e incluso me han picado y he caído en sus redes para una maratón, que si todo va bien la haremos en Diciembre en Valencia. Digo haremos porque CORRER ES UN DEPORTE DE EQUIPO. Es una distancia que siempre he dicho que nunca iba a correr, pero este año es el perfecto para mí, con mis chicas de entrenamiento y la confianza que da Pedro con sus entrenamientos y sus "todos en meta". Ahora más que nunca, CONSTANCIA.

Tendría que agradecer tanto y a tantos que sería imposible, pero recuerdo una vez que estando de bajón (por una recaída en la enfermedad de mi madre) y teniendo un dorsal para Les Xosses de Crevillent, sin apenas entrenar, me dijo Paz "venga que yo te ayudo a conseguir la meta" y así fue. Lo conseguimos. ¿Cómo se agradece eso? COMPAÑERISMO.
Que Ismael me espere en el kilómetros 7 para que baje mi marca en 10k de Perleta, igual, ¿cómo se agradece?

En Granadella Trail 2020 Kike y mi Lolica no me dejaron ni un momento porque dicen que si salimos juntos llegamos juntos. Que pienses que tus compañeros ya están duchados y camino de Elche y verlos en meta esperándonos, no tiene precio.

Que tengo un 5k2x1 virtual y veo a Jaime, Ángela, Fran, Lluna y a Sebas animándome, es que no tengo palabras de agradecimiento.
En los entrenamientos, cuando los fuertes (o sea tod@s, porque yo siempre soy la cola del grupo) me doblan en series o circuitos y me gritan "vamos Raquel, fuerte", ¡mil gracias a tod@s!

Para los pocos años que llevo en este equipo de running, hay mucho que contar porque cada entreno y cada carrera tienen una bonita historia, anécdotas que contar, cada cual con su encanto.
Gracias Pedro, porque yo pongo mis paticas, pero sin un buen entrenador nunca habría conseguido todo esto y gracias sobretodo, a mi familia, en especial a Elías, por ser mi liebre en muchas carreras y entrenos. Dicen que el deporte te hace más fuerte pero desde que estoy con ellos lloro más, porque veo, escucho y vivo muchas historias de superación y eso es bonito, muy bonito.
Animo a esas personas que quieren y no se atreven a salir, que salgan solas o en compañía, pero que no se queden sentadas. Seguro que empiezan sin ganas, cansadas de su día a día pero después del entreno llegan a casa aceleradas y con las pilas cargadas. Da igual running, natación o el deporte que sea. El running me aporta salud, bienestar, la "charraeta" con las amigas, los nuevos retos que te impones, los superas y vas a por otro porque consigues cosas que quizás nunca habías creído que podrías superar y eso me enorgullece.
Cuando oigo a alguien decir que sería incapaz de hacer algo, yo les digo que si lo hago yo, que a mi me cuesta muchísimo, lo puede hacer cualquiera. Constancia, lucha, superación, siempre sonriendo y disfrutando de la vida.
Y a nosotras nos puedes habernos emocionado más con tu historia Raquel.
Muchas gracias por demostrarnos, una vez más, que solo tenemos que proponérnoslo, y que con un buen entrenador podemos llegar hasta donde soñemos.