Corredoras Anónimas: Raquel García

"Me di cuenta de que no ser tan rápida no me hace peor corredora. Me di cuenta de que disfrutar la carrera es la mejor victoria, no el tardar menos en alcanzarla", nos cuenta Raquel.

Raquel García

Corredoras Anónimas Raquel García
Corredoras Anónimas Raquel García

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Todo empezó en 2018, cuando asistí a una charla del Dr. Fuster, una eminencia en cardiología a nivel mundial. Ya llevaba un tiempo en el que no me veía bien físicamente, desde que me vi en una foto en bikini no me quitaba de la cabeza que no me gustaba lo que veía. Hacía 2 años que había sido madre y tampoco me había cuidado como debería. Al asistir a la charla y escuchar todo lo malo del azúcar, los ultraprocesados y demás, me dije, Raquel, tienes que hacer algo. Y así, un domingo por la mañana, de buenas a primeras, me desperté temprano, busqué algo decente para correr (zapatillas y mallas de hacía 9 años) y salí. Me puse en una recta y dije, allá vamos. Corrí (o agonicé) 5 minutos, descansé 3 y volví a agonizar otros 5 minutos y pensé en lo mal que estaba físicamente, ¡con lo que yo había sido! ¡Qué forma de ahogarme, qué cansancio! Me volví a casa y me dije que lo seguiría intentando.

Así fue, me levantaba a las 6:30h de la mañana para poder salir antes de ir a trabajar ya que por la tarde con el peque era imposible. Y así, una mañana tras otra, notaba cómo me iba encontrando mejor. Y me apunté a mi primera carrera, la I carrera de obstáculos de Malasmadres, 5k con obstáculos a superar. Iba muy nerviosa, me daba hasta vergüenza echar a correr, pero fue tal subidón la llegada a meta, que cuando llegué a casa lo primero que hice fue buscar otra carrera en Madrid.

Y ahí empezó el ‘efecto dorsal’: de la carrera de obstáculos, pasé al 5k de Ponle Freno y luego, la prueba estrella, mi primer 10k, la San Silvestre Vallecana. ¡Qué decir, impresionante! En ese momento supe que ya seguiría corriendo mucho tiempo.

Me apunté a innumerables 10k, conocí a gente, madrugaba para salir a correr, me hice un perfil en Instagram para que los ánimos de la gente me ayudasen a seguir porque las redes sociales tendrán cosas malas pero, a mi me ayudó a seguir a gente que me inspiraba y a la vez recibía ánimos, lo que me ayudaba a seguir.

Disfrutando en carrera
Disfrutando en carrera


Un buen día, en IG, vi un sorteo de una app gratuita de entrenamientos que sorteaban el dorsal para Behobia. Me apunté al sorteo no por el dorsal, sino por los entrenamientos gratuitos ya que hasta entonces solo salía a correr. No sabía qué era un fartlek, o una serie, o entrenar cuestas… Por no saber, no sabía ni qué era la Behobia. La sorpresa fue cuando me tocó el dorsal y dije, ¿20k? ¿Yo? Ni loca, pero me metí en la web, empecé a informarme, a ver qué era, cómo era… y esa misma noche, con unos amigos, reservamos hotel en Donosti.

Antes de todo eso llegó un 10k especial, el EDP Rnr. Aunque llevaba ya varios 10k, este me pareció especial por ser el que acompañaba al Maratón de Madrid, el día más especial del running en Madrid. Nunca me había puesto un reto en una carrera más que terminar, pero en esta quería bajar de la hora. Y llegado el día lo conseguí, por poco, pero ahí estaba, mi 59’11”. Esto fue en abril de 2019. Acabé tan agotada que fue cuando me di cuenta de que el running no es sólo salir a correr… Si quieres preparar carreras, si quieres mejorar y superarte a ti mismo, necesitas un entrenador. Y así hice para poder prepararme Behobia. Nunca había hecho más de 10k.

La verdad es que durante toda la preparación le tuve mucho respeto a la distancia, pero sabía, o quería creer que, con un buen entrenamiento, al menos llegaría a meta disfrutando, que para esta carrera era el objetivo. Sin duda, para mí ha sido mi carrera más especial, tanto que me la tatué (hice la promesa de que, si la terminaba, me la tatuaba). Fue una carrera impresionante a pesar de las tormentas, la lluvia, el viento, el granizo, pero es que no cambio ni una sola piedra de granizo. Fue impresionante de principio a fin.

Después de eso me vine arriba y me apunté al medio maratón de Sevilla. Ese sí iba a ser mi primer medio maratón completo (Behobia son 20k). Ahí ya quería ir a un tiempo concreto. Estuve entrenando todo el invierno y cuando llegué a carrera, desde el km5 quería abandonar. Desayuné más de lo que solía desayunar y me cayó mal al estómago. Me tuve que parar 2 veces a intentar vomitar… Aun así, bajé de las 2h (1h59’11”). No fue la carrera soñada ni mucho menos. Ahí quise parar un poco de entrenar, pero seguí haciéndolo con la vista puesta en el medio maratón de Madrid, pero un virus llamado Covid-19 nos trastocó todos los planes. Nos hizo parar en seco y parar nuestras vidas.

Durante el confinamiento estricto me levantaba cada mañana antes de que se despertase el niño a hacer ejercicios de fuerza siguiendo vídeos de Youtube (quién no lo hizo). En este caso Javi Ordieres me acompañó durante 2 meses cada día; parece que no, pero se notaban los ejercicios. Cuando ya nos dejaron volver a salir a correr, salía a las 7 de la mañana. Es increíble lo que cuesta coger la forma física y lo poquito que cuesta perderla. Parecía que tocaba empezar de cero.

Tocó cambiar objetivos y entrenar sin carreras a la vista. Fue una época donde disfrutaba mucho saliendo a correr cada mañana con 2 amigos. Nos lo pasábamos genial aun sufriendo a veces con las series, los fartlek…. fueron momentos muy buenos.

Pero comenzaron las carreras y ya volvimos a enfocar el objetivo… Medio Maratón de Valencia’21. Íbamos con un objetivo ambicioso, quizá demasiado para mí, pero quería intentarlo. Y llegó el día, y como en Sevilla, me petó el estómago y el objetivo se fue al traste. Lo que sufrí, lo que lloré sólo lo sé yo. Y llegó la que ha sido mi peor época en lo deportivo en mi corta carrera como runner.

Desde hacía mucho tiempo, me decían que ya no estaba disfrutando, que me exigía demasiado. Me decían muchas cosas que yo no quería ver... y quizá, tampoco quería creer. Me di cuenta de que en mi cabeza quería ser algo que no podía ser. Me creé una burbuja en la que yo no competía contra nadie, pero si contra mí misma, que a veces es casi peor. No me comparaba con nadie, pero en el fondo si lo hacía. Dejé de valorar todo lo conseguido y solo veía que yo no conseguía lo que muchas si hacían. En Valencia bajé 7’ respecto al medio maratón de Sevilla, pero no lo valoré, sólo vi que no hice el 1h45 que a lo que yo iba (hice 1h52’52”).

En lugar de valorar que había hecho una Behobia, el Medio Maratón de Sevilla y el de Valencia, me quedé con la mala sensación de no haberlos hecho en los tiempos que tenía marcados. Llegué a fijarme más en lo que conseguían los demás y que en lo que conseguía yo.

Y entré en un bucle y me cerré y sufrí mucho. Dejé de correr (tener una lesión tampoco me ayudaba a querer salir).  Cuando salía con los de mi equipo a entrenar, me dolía en el alma porque me veía como la 'mala', la 'lenta'. Había perdido las ganas y la ilusión. Y sufrí mucho.

Sufriendo en la Media Maratón de Valencia
Sufriendo en la Media Maratón de Valencia

Y ahí me di cuenta de que no ser tan rápida no me hace peor corredora.

Me di cuenta de que disfrutar la carrera es la mejor victoria, no el tardar menos en alcanzarla.

Y me di cuenta de que no todo es ser rápido. Quería ser algo que no podía ser. Creía que siendo eso, podría conseguir otras cosas. Quería destacar, quería ser inspiración, quería sentir que era alguien... lo que no me daba cuenta es que ya lo soy. Soy una madre trabajadora que entrena cuando puede y que saca su trabajo y su familia adelante lo mejor que puede.

Me ha costado mucho llegar a esto, varios meses. Me costó mucho darme cuenta, abrirme, contarlo, pero me ha servido para volver a estar en paz conmigo misma.

Aunque sigo con dolor en la pierna, sigo entrenando, aunque cambiando los deportes. Ahora, para evitar tanto impacto estoy yendo a nadar y a montar en bici… Esta semana espero volver a correr porque tengo un pequeño objetivo para el 20 de marzo, una carrera de 5k que me hace mucha ilusión correrla, pero ahora todo será disfrutando. Se acabaron los objetivos.

Como llevo diciendo desde hace un tiempo, toca volver a disfrutar como hice en las últimas carreras que he corrido: San Silvestre Mostoleña’21, la Vallecana’21 y el Medio Maratón de Getafe’22. Toca olvidarse de tiempos, del reloj. Toca recordar y grabar a fuego: "lo importante es disfrutar el camino". 5 minutos más o menos no cambian nada.

Disfrutando en la Medio Maratón de Getafe’22
Disfrutando en la Medio Maratón de Getafe’22

Seguiré esforzándome en mejorar, pero siempre disfrutando. Y ahora más todavía porque tengo un reto aún mayor para dentro de unos meses que no sé si seré capaz de hacer, pero que me ronda la cabeza desde hace un tiempo.

Como dijo Nuria Alonso Balboa en su entrevista en esta misma sección: "Los parones ya sean por lesiones, o por confinamientos, o por dejar de correr, siempre implican lo mismo, volver a empezar y, lo mejor de volver a empezar, es saber que una vez ya lo hiciste y que puedes hacerlo tantas veces como te propongas."

Y en esas estoy yo, empezando de nuevo, con ilusión, con muchas ganas y con nuevos retos para volver a sentir esa adrenalina previa a las carreras y esas endorfinas que te hacen querer repetir y repetir.

Empezando de nuevo, con ilusión, con muchas ganas
Empezando de nuevo, con ilusión, con muchas ganas

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