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Con la primavera a la vuelta de la esquina, las fresas es la primera de las bayas que llega a los mercados. Son el fruto del fresal, una planta de la familia de las rosáceas.
Las fresas y los fresones de España gozan de merecida fama. Actualmente pueden encontrarse todo el año gracias a los cultivos en invernadero, pero siempre son preferibles las fresas de temporada, criadas de la forma más natural posible.
100 gramos de fresas aportan apenas 40 calorías, 7g de hidratos de carbono, 0,7g de proteínas, 0,5g de grasas y 2, 2g de fibra. Poseen una notable riqueza mineral, especialmente de hierro, es la fruta más rica en él, junto a la frambuesa y la grosella, y magnesio por lo que son ideales para las corredoras.
200 gramos de fresas cubren un 17% de las necesidades diarias de hierro y un 9% de las de magnesio. También aporta potasio, calcio, fósforo, manganeso, cobre y silicio, por lo que es un alimento muy indicado en curas de remineralización y en el tratamiento de déficits nutricionales. Además es una excelente fuente de vitaminas C, K y ácido fólico. Concretamente 200 gramos cubren más del 200% de las necesidades diarias de vitamina C, una tercera parte de la vitamina K, la sexta parte del ácido fólico y cantidades notables de vitaminas del grupo B.
¿Qué nos aportan las fresas y fresones a las corredoras?
Las destacadas cantidades de vitaminas y minerales de la fresa la hacen especialmente indicada para cuidar la salud en todas las edades.
- Ayudan tanto como a evitar que tengamos una bajada de hierro como en épocas de anemia: el notable contenido en hierro de la fresa se ve reforzado por la elevada dosis de vitamina C, que posibilita una absorción más efectiva de este mineral.
- Previenen los problemas cardiovasculares: por su contenido en potasio, aumenta la diuresis que contribuye a reducir la tensión arterial. Las fresas son además ricas en antocianinas, los compuestos químicos que dan color a las fresas, que ayudan a mantener en buen estado las paredes de los vasos sanguíneos, de manera que previenen una variedad de trastornos vasculares y además mejoran la función de las plaquetas.
- Ayudan a eliminar residuos del organismo: gracias a sus propiedades alcalinizantes y a su riqueza en calcio y potasio, la fresa facilita la eliminación de ácido úrico. Esto ayuda a prevenir enfermedades como la gota, las piedras en la vesícula y alteraciones hepáticas.
- Funcionan como una aspirina natural: debido a su contenido en ácido salicílico, el mismo componente de las aspirinas pero natural, que tiene una acción antiinflamatoria y ayuda a mejorar afecciones como el reumatismo y la artritis.
- Adecuadas para épocas de pérdida de peso: el aporte energético de la fresa es mínimo y su contenido en fibra crea sensación de saciedad, ideal para personas que deben seguir dietas restrictivas. La fresa es una fruta con pocos azúcares y una alta dosis de ácido fólico, hierro y un efecto ligeramente laxante gracias a su fibra. Además de escaso, el azúcar de la fresa es fructosa (levulosa), así que son aptas para diabéticos.
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