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Dos cosas pasan por mi mente en cuanto saco estas zapatillas Brooks Adrenaline GTD 21 (la 21ª generación ya, ahí es nada) de su caja. Bueno, tres. La primera, que el embalaje me gusta: es el del cartón de toda la vida, completamente reciclable, sin necesidad de alardes ni acabados satinados. Pero sabes que guarda lo importante en su interior, como debe ser. Lo anuncian los dibujos tipo cómic y los que explican por qué este calzado es bueno para tus entrenamientos.
La segunda es que estas Adrenaline son un poco pesadas (258 gramos, según la marca). No es para echarse las manos a la cabeza, desde luego. Y meter tanta tecnología como lleva esta zapatilla tiene su coste en la báscula, eso seguro, así que tampoco nos vamos a poner talibanes. Cuando empecemos a “trotar” con ellas, comprobaremos que, a menos que vengamos de un producto excepcionalmente ligero, nos adaptaremos enseguida.
La tercera es que hay demasiados colores. No suelo hablar del diseño: sobre gustos, ya se sabe… (mi mejor amiga, de hecho, corrió a la web de Brooks para buscar unas GTD 21 como las que ves aquí). Personalmente, me sobran las líneas rosas que recorren el lateral y la zona de los ojales. O el gris degradado de la flecha con el logo; algo no acaba de convencerme.
Tampoco lo hace el termopegado de estos adornos, ya que parece que va a levantarse con el paso de los meses. Es solo una impresión visual, pues al tacto se nota una unión sólida (el tiempo lo dirá, en todo caso), pero quizá otra combinación de tonos no resaltaría tanto estos elementos y se apreciaría una mejor integración. El patrón queda completo con unas áreas reflectantes muy discretas en el talón y en los laterales de la puntera: este detalle juega a su favor.
Me pongo estas Brooks Adrenaline GTS 21 para mujer y me enamoran sus cordones, suaves y elásticos. También me gusta la lengüeta, más corta que en otras zapatillas para correr, lo que hace que no moleste para nada en el empeine. Y doy mis primeros pasos con ellas.

Noto una pisada muy estable debido a su suela ancha, que desciende en forma de “A” para que la base sea mayor. El pie va perfectamente sujeto y, a la vez, está comodísimo gracias a la amortiguación que proporcionan las tecnologías de estas Brooks. Hacen falta pocas zancadas para darte cuenta de que puedes completar kilómetros y kilómetros con ellas.
El confort tiene mucho que ver con una de las novedades de las GTS 21: la amortiguación DNA Loft se extiende por toda la mediasuela, así que cada paso que das, del talón a la punta, es más suave… sin notar que el pie se hunde en un cojín, ni mucho menos. Hay firmeza en cada pisada, poder, determinación. En el empeine, vemos que el sistema 3D Fit Print aporta flexibilidad y estructura. Eso se traduce en adaptación, ajuste y una gran transpirabilidad gracias a la malla perforada. Seguimos sumando comodidad.
Brooks dice que estas zapatillas de running están pensadas para correr sobre asfalto, pero, con su suela resistente y un “taco” marcado, las puedes usar en pistas de tierra sin problemas, ya que se agarran perfectamente. Eso me gusta: normalmente, entreno en esta última superficie y el pie no se mueve, lo que evita lesiones. Aquí juega un papel muy importante la tecnología de soporte integral GuideRails, que mantiene controlado el pie, lo guía (como su propio nombre indica) e impide ángulos extraños, alineando el talón, la rodilla y la cadera. Todo se combina para proporcionar una pisada más sólida y consistente, lo que aporta efectividad. Hola, amigos de las medias y largas distancias. Bienvenidos.
Precio: 140 €
PÓDCAST: ¿Cómo debemos cuidar nuestra piel en invierno?
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