Entrenamiento

Cinco kilómetros de calentamiento para rendir a tope cuando toque ponerse un dorsal o hacer series

A menudo subestimamos los kilómetros de calentamiento y no debería ser así: juegan un papel crucial, sobre todo si tenemos ya una edad y preparamos distancias de 10 km para abajo.

Javi Moro

2 minutos

Dedicar cinco kilómetros a trotar muy suave antes de enfrentarnos a una competición o un entreno intenso es una buena práctica muy recomendable a partir de los 40 años. iSTOCK

Los cinco mil metros antes representaban para mí el paso a las largas distancias. Esto es porque la teoría dice que, a partir de los 12 minutos corriendo, el metabolismo cambia hacia un proceso más aeróbico porque no es capaz de mantener un pulso tan alto más allá con una producción muy elevada de acido láctico. Los grandes, en 5000 m, se mueven en tiempos a partir de los 12:35.36 de Cheptegei y los 14:06.62 de Gidey. Después, cuando vas cumpliendo años y estás ya bien enfrascado en las largas distancias, un 5K te parece medio fondo, casi como correr al tope de tus posibilidades... cuando sales a competir, claro. Te cuesta más entrar en calor que lo que dura la propia prueba, y encima no entrenamos ni las series que deberían funcionar ni el trabajo de fuerza necesario para desplazarnos a esas velocidades. Así que se desestima en muchas ocasiones.

DONDE EMPIEZO YO

Ahora, cuando la edad se acerca más a la quinta década que a la cuarta, no soy nadie sin mis primeros cinco kilómetros. Cuando salgo a correr tengo que esperar hasta ese punto para empezar a encontrarme realmente bien. A veces es un poco antes, pero ese punto marca la salida oficial del día, hasta entonces se trata solo de una “salida neutralizada”. Nunca fuerzo nada hasta ese punto. Mis ritmos de inicio nada tienen que ver con lo que pasa después, y si los comparo, o echas un vistazo a mi Strava, se podría pensar que son de corredores diferentes. Admiro a la gente que puede salir casi a ritmo desde el primer metro. A partir del kilómetro cinco puedo hacer cualquier cosa porque mi cuerpo ha entrado en calor, la sangre ha regado ya hasta el rincón más recóndito de mis extremidades, ligamentos y tendones, y como he salido despacio aún llevo el pulso muy bajo y el organismo pide más.

CALENTAMIENTO DE 5

Con esta premisa actúo igualmente en mis calentamientos previos a una prueba intensa o cuando pretendo hacer series si estoy inmerso en alguna preparación específica: troto al menos cinco kilómetros. Descubrí que me salían mucho mejor los 10K cuando empleaba esos miles de metros para plantarme en la salida. Ese es un punto en el que no llegas a cansarte nada, si lo haces es que algo pasa y no deberías correr más; te quita un poco de nervios, para no salir como un loco y tener el mejor rendimiento hacia el final de la prueba; y también te puede servir como tirada larga si estás entrenando para algo de mayor longitud. Ya tengo la costumbre de salir a las carreras trotando desde casa. Me guardo alguna camiseta vieja para dejar en la meta y que me sirva de abrigo durante esos kilómetros y acudo con lo justo para cambiarme después. Son cinco kilómetros muy recomendables.

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