El sol y una temperatura fresca, rondando los cuatro grados centígrados, presidieron la celebración de una prueba de 10 kilómetros bastante diferente a las que estamos acostumbrados a disfrutar. Las autoridades de la salud pública sueca habían solicitado a la organización, a cargo de Spårvägens FK, que debido a la Covid-19 participara un máximo de 50 personas en el evento que iban a celebrar el pasado sábado en Fiskartorpet, al norte de Estocolmo.
Finalmente fueron 31 deportistas los que tomaron la salida, 22 hombres y 9 mujeres, dispuestos a dar tres vueltas a un circuito desangelado en el que sufrieron con la presencia de un molesto viento durante toda la prueba. Los ganadores, Daniel Lundgren (29:28) y Cecilia Norrbom (35:06) dominaron con solvencia.
Las declaraciones de la vencedora muestran claramente la extraña sensación que viven los corredores suecos: “La situación derivada del coronavirus me está afectando mucho. Intento entrenar del mismo modo que lo hago habitualmente, pero no es fácil motivarse cuando no hay objetivos claros y concretos. No sabemos cuándo volverán a celebrarse las carreras con normalidad”.
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