La definitiva. La de las mariposas en el estómago. La de las tres semanas antes. La tirada larga que todo maratoniano ha de hacer para convencerse de que todo va a salir a pedir de boca el día que se enfrente a los 42 kilómetros y 195 metros de la capital del Turia. Y qué mejor que hacerla en compañía de 1500 corredores, coleccionistas de kilómetros y de sueños para compartir experiencia.
Esa es la premisa de New Balance Long Run Maratón Valencia: poner las circunstancias más favorables para que todo salga a pedir de boca: los prácticos (liebres) oficiales de la carrera, con ritmos desde 2:50 hasta más de 5 horas; hasta cuatro avituallamientos réplica de los avituallamientos del día D (geles de glucosa Enervit, con y sin cafeína, agua y Aquarius); animación musical (DJ, guitarras y percusión), guardarropa, zona de recuperación con fisioterapeutas y presoterapia de Compex, zona de descanso para comentar la jugada…
Además, con el objetivo de poder conciliar de la mejor manera posible, la organización proveyó de una zona de ludoteca para que los más pequeños de la casa pudieran estar bien atendidos mientras los mayores hacían sus particulares deberes para el maratón. ¿Un café para arrancar bien? Ahí va una degustación gratuita de Bluebell Coffee, café de especialidad tostado por mujeres en Valencia.
Como guinda del pastel, los participantes pudieron probar la joya de la corona en cuanto a versatilidad dentro de New Balance: agotaron las reservas del test de producto de la FuelCell Rebel v5, un modelo pensado para rendir tanto en ritmos suaves como cuando toca apretar los dientes y rascarle unos segundos al cronómetro.
Tras completar cada uno su particular Long Run (desde 7,5 a 30 kilómetros dependiendo del plan de entrenamiento de cada cual), con una sonrisa en la boca y los nervios ya disipados, los participantes tuvieron la ocasión de comentar la jugada en la zona de descanso y, echando mano del reloj, vaticinar, ahora sí, cuál será el tiempo objetivo el próximo 7 de diciembre en Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich.
Todo ello, además, con un componente solidario muy marcado, ya que New Balance destina todo lo recaudado por las inscripciones a la Fundación Pequeño Deseo: un total de 7500€ en base a las aportaciones de los 1500 inscritos a este Long Run. Las dudas de principio de la mañana mutaron en una única pregunta que corría de boca en boca: Volveréis a hacerlo el año que viene, ¿verdad?.
