6 errores que estás cometiendo con la avena

¿Sabias que a la avena hay que ponerle sal? ¿La haces con agua o con leche? ¿Cuánto tiempo hay que hervirla? Aquí tienes los datos.

No cometas más errores con un producto como la avena. Foto: iStock
No cometas más errores con un producto como la avena. Foto: iStock

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Un mal desayuno puede arruinarte el día. Si alguna vez has sufrido por una barra de granola, por uno huevos malos, o un bollo seco, conocerás el efecto extrañamente deprimente que estas cosas pueden tener en tu mañana. Pero tal vez el peor delincuente de la mañana: una mala harina de avena, ya sabes, el tipo de avena que de alguna manera podría acabar empapelando tu pared. Es muy fácil de transformar este grano saludable, rico en fibra en algo realmente deprimente. Así que en el nombre de las mañanas más felices, queremos poner fin a estos errores comunes con la avena.

1. Lo estás haciendo con agua en lugar de leche

Probablemente has escuchado que la avena es un “súper desayuno” que te satisface en el momento y que se sentará como un ladrillo ( en el buen sentido )en el estómago hasta el almuerzo. Eso es cierto, pero sólo si tu avena se hace con una proteína, que no obtendrás a partir de agua. Así debes cocinar tu avena en la leche de vaca normal o leche de soja sin azúcar. ¿Sirve utilizar en lugar de esa leche de almendras o leche de coco? Eso está bien, ya que ambas van a prestar un poco de peso extra y cremosidad. Pero ya que esas todavía son bastante bajas en proteínas, necesitarás otra fuente similar a las nueces, las semillas, o algún tipo de mantequilla de nuez.

2. Utilizas una pequeña olla o recipiente

Es posible que no sientas la necesidad de volver a escuchar la olla gigante si estás haciendo la harina de avena sólo para ti. Sin embargo, la harina de avena tiene una textura viscosa que genera la formación de grandes burbujas. Y si se utiliza un pequeño recipiente de cocción, tus gachas estarán pidiendo a gritos extenderse. Lo mismo ocurre si cocinas tu avena en un recipiente bien pequeño en el microondas. Si utilizas cuencos más grandes y profundos pueden evitar la reacción de un derrame.

3. Añades la avena en el momento equivocado

Usuarios de microondas , no os sintáis libres para ignorar esto. Pero si estás haciéndolo en el gas, cuando agregar la avena a la olla jugará un papel en la determinación de la textura final de tu harina de avena. Si la cremosidad es tu objetivo, agrega la avena después de que el líquido ( leche) esté hirviendo a fuego lento. Si te gusta que la avena mantenga su forma, añade la avena al líquido frío antes de subir el fuego.

4. No estás añadiendo sal

Ya sea que estés haciendo harina de avena dulce o salada, es necesario añadir una pizca de sal. Siempre. Hacerlo en el inicio de la cocción, y las gachas tendrán un sabor a nuez y tostado delicioso,  no un sabor aburrido y aspecto como de pegamento. (Si lo haces, al final, la harina de avena tendrá un sabor extrañamente salado.)

5. Olvidas remover

La agitación ayuda a romper todas las burbujas antes de que sean demasiado grandes, lo que es menos probable que termine con una explosión. Si vas a cocinar en el microondas, mantén una estrecha vigilancia sobre tu avena y remueve bien cada 45 segundos más o menos. Si va a cocinar en la vitro o en el gas, simplemente mueve el gachas con frecuencia. También, agitarlas ayudará a que la avena libere el almidón adicional, dándole a tu desayuno una textura más cremosa.

6. No la cocinas el tiempo suficiente

Los copos de avena bien cocinados se transforman en una papilla de ensueño bastante rápido. Pero no son instantáneos. Necesitan un poco de tiempo para disfrutar del líquido de cocción con el fin de conseguir ese aspecto suave , cremoso y delicioso. Así que vamos a hacer las cosas bien y cocinarlo durante 5 minutos más o menos antes de sacarlo. Tu paciencia será recompensada.


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