15 rutas para correr este verano: un GR único en la Sierra Norte de Madrid

Última ruta del verano, ya en otoño, que nos presenta Luis Arribas. Ruta novedosa, con dos días de excursión y casi 60 kilómetros en total para correr o caminar en la Sierra Norte de Madrid

Te presentamos 60 kilómetros en el GR 303 que puedes correr y caminar en dos etapas y que está a menos de una hora de Madrid.
Te presentamos 60 kilómetros en el GR 303 que puedes correr y caminar en dos etapas y que está a menos de una hora de Madrid.

CORREDOR os selecciona quince rutas por las que correr, a las que escaparse a bajar las cervezas, por las que hacer más sitio para la siguiente merienda, esmorzaret o lo que se tercie. Que para eso estás de vacaciones. Para eso y para más, pero ya nos entendemos.

UN GR EN DOS DIAS

Entrenar de aquella manera durante los meses de vacaciones de verano te ha dado un tono de imbatible, y ahora no sabes si sacar dorsal para millas, diezmiles o medios maratones. Queremos pensar que contribuimos a ello. Si no es así, te presentamos la última oportunidad para la redención. O del triunfo, o un simple homenaje que puedes hacer con un grupo de amigos. Te presento un sendero de gran recorrido, el GR 303, que puedes correr y caminar en dos etapas y que está a menos de una hora de Madrid. Es la Sierra del Rincón y su ocho montañoso, por el que discurren caminos donde se puede correr durante horas.

Si eres algo más bestia también se puede hacer de un solo tirón, para lo que deberías calcular unas nueve horas. Yo te sugiero no hacer el asno y dejar un coche en Puebla de la Sierra. La logística impone buscar alojamiento en Montero de la Sierra, donde llegará la primera etapa. En la segunda toca completar el bucle por La Hiruela, otra de las joyas de la Sierra del Rincón. Vamos con los detalles.

El primer tramo es un ascenso progresivo hasta asomar a unas vistas excepcionales de toda la Comunidad de Madrid.

Mi experiencia en este GR serrano es que mejor dejar las pistas más corribles y extrañamente llanas para el segundo día. El primero solamente tiene un misterio: bajar al arroyo de La Puebla de la Sierra, cruzarlo, y empezar a enlazar las señales blancas y rojas de esta delimitación internacional. El primer tramo es un ascenso progresivo hasta asomar a unas vistas excepcionales de toda la Comunidad de Madrid. Luego, en treinta minutos máximo, se solventa un cortafuegos hacia la derecha y nos metemos en pinares que son gloria bendita. Sin dudas sobre la señalización recorremos la sierra en dirección Somosierra para descolgarnos, primero por asfalto y luego entre robledales, y siguiendo las múltiples marcas, postes y señales del sendero, revirando hasta Montejo de la Sierra, donde recomiendo hacer parada y fonda. Cuidado con el ganado suelto porque atravesaremos sus dominios.

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¿Correr o caminar? ¿Cuál va a ser tu opción?

Con el desayuno sugiero hacer la segunda parte del bucle. De Montejo hacia la alta montaña iremos por pistas anchas que miran hacia el hayedo, la marca que delimita Guadalajara y Segovia al norte y recorrer la umbrosa montaña hasta una perla oculta: La Hiruela. Tras la parada técnica correspondiente se afronta un tramo de bastante desnivel y donde es imprescindible llevar el enlace del track abierto. Hay 300 metros de arbolado y matojo alto en el que puedes perder la paciencia pero que, igual que se complican, la dificultad se desvanece. En una media hora, el tramo más montañero de todo el GR termina de nuevo en uno de los grandes collados, desde el que debemos optar por nuestra izquierda y seguir una pista gigantesca que remonta hacia el sur. De ahí a Puebla de la Sierra es bajar al trote o como os dé la gana. Un poco menos de sesenta kilómetros después habréis completado este plan de fin de semana.

¡Feliz otoño!

EL SECRETO DE CORREDOR

Contra lo que pueda parecer, una zona turística de montaña a cien kilómetros de seis millones de habitantes no tiene por qué ser el paraíso del comer o del lujo. Pero buscando buscando uno da con la panadería de la Nani, en Montejo de la Sierra (Plaza Mayor, 3). Sitio pequeño de estructuras pero enorme en simpatía y con los perseguidos y famosos cojonudos, bollos esponjosos que se comen sin parar monte arriba.