¿Quiénes son los sancionados? ¿Qué pruebas hacen? ¿Dónde fueron sus últimas competiciones internacionales? Son algunas de las preguntas que se lanzan en los diferentes foros del atletismo español, que vive a día de hoy enfrascado en una partida de Cluedo en la que todos pueden ser los asesinos (en este caso los sancionados).
Desde que José Luis Terreros, presidente de la CELAD que todavía no ha dimitido, admitiese al Diario AS que se habían tramitado las sanciones a dos atletas por resultado positivo en Pasaporte Biológico, las especulaciones no han parado de aumentar. Algunos tienen claro que los sancionados son la Señorita Escarlata y el Coronel Mostaza mientras que otros lo niegan tajantemente afirmando que, de ser dos atletas españoles, deberían ser la Señora Celeste y el Padre Prado. Cada uno con sus sospechosos, todos lanzando rumores al aire.
A día de hoy todos los atletas de alto nivel en España están señalados y puestos en duda.
Y mientras, la Real Federación Española de Atletismo, presa de una Ley Orgánica de Protección de Datos Personales que impide desvelar las identidades de los ya sancionados, afirma en un comunicado que su "postura es inquebrantable en la lucha contra el dopaje y que siempre trabajaremos en plena colaboración con las autoridades competentes para erradicar estas prácticas del atletismo". Un compromiso con el que todos contamos y que se ha demostrado en repetidas ocasiones excluyendo de convocatorias a atletas con un positivo por dopaje sin sanción, como fue el caso de la marchadora Ainhoa Pinedo en Doha 2019.
La realidad es que a día de hoy todos los atletas españoles de alto nivel (aquellos que cuentan con un Pasaporte Biológico) están señalados con el dedo mientras las autoridades competentes, lideradas por una CELAD que ha demostrado su total incompetencia tras las últimas informaciones publicadas, solo buscan salir lo menos indemnes posibles de un escándalo que ha llegado a siete meses de los Juegos Olímpicos de París.
Todos bailando al son de un José Luis Terreros que lejos de marcharse con pausa y sin estridencias tras una gestión nefasta en la dirección de la CELAD ha decidido dejar su puesto poniendo en duda la honorabilidad de todo el atletismo español e iniciando una partida de Cluedo que debe concluir cuanto antes.