Viejo es el viento y sigue soplando

Los triunfos en Ultra Pirineu de Núria Picas y Miguel Heras, de 45 y 47 años respectivamente, nos hacen reflexionar sobre la edad ideal de un corredor de élite.

Nùria Picas y Clàudia Tremps, separadas por 20 años, en la meta de Ultra Pirineu donde fueron primera y segunda. URI SALA.
Nùria Picas y Clàudia Tremps, separadas por 20 años, en la meta de Ultra Pirineu donde fueron primera y segunda. URI SALA.

Cuando Mauri Pagliacci mencionó la frase que encabeza este artículo durante la retransmisión emitida en Teledeporte de Ultra Pirineu solo pude pensar que tenía que escribir algo con ella. Lo hizo mientras Miguel Heras, de 47 años, perseguía a Dmitry Mityaev en pos de la victoria en la mítica prueba catalana, algo que finalmente se materializó con un triunfo doce años después de su primero (2010) en la plaza de Bagà, el cuarto en total si contamos los de 2011 y 2016.

Poco más de una hora y media después de que el bejarano, curtido por el tiempo y el sol, cruzara la línea de meta de la carrera tras 100 kilómetros y 6.600 metros de desnivel positivo, lo hacía Nùria Picas, con 45 inviernos, celebrando su quinta victoria en la que es su casa, después de las de 2011, 2012, 2013 y 2014.

92 años entre los dos, una eternidad si hablamos de deporte de élite pero algo cada vez más habitual en su sección de resistencia aeróbica, que se empeña en desmontar teorías sobre edades ideales para exprimir al máximo el rendimiento de los atletas. 

Miguel Heras y Nùria Picas, ganadores de Salomon Ultra Pirineu 2022.

EJEMPLOS DE PRECOCIDAD Y LONGEVIDAD

Cuando Tadej Pogačar ganó el Tour de Francia de 2020 con solo 21 años, el mundo se echaba las manos a la cabeza por la precocidad de un deportista que pasaba a la historia como el segundo más joven en hacerse con la ronda gala, solo superado por Henri Comet que lo ganó con 19 en 1904. Algo similar ocurrió con Kilian Jornet en 2008, cuando con solo 20 años destrozaba el Ultra Trail del Mont Blanc y se hacía con una victoria hasta ese momento reservada a deportistas que superaban la treintena.

Precoces y talentosos, su ejemplo es también el de los cientos de maratonianos africanos que ya no pasan por el tartán para focalizarse directamente en el maratón, sabedores de que no es tan necesario como decían contar con un bagaje sobre el tartán. O también europeos, como Callum Hawkins o Yago Rojo, que debutaron en los 42 kilómetros y 195 metros con 23 y 25 años respectivamente.

El maratoniano Yago Rojo durante el EDP Maratón de Lisboa, donde hizo las labores de liebre. SPORTMEDIA.
El maratoniano Yago Rojo durante el EDP Maratón de Lisboa, donde hizo las labores de liebre. SPORTMEDIA.

El mismo ejemplo es el de Clàudia Tremps, la corredora de montaña catalana que fue segunda en la última edición de Ultra Pirineu y cuya generación es la siguiente a la de Picas, pues su diferencia de edad es de 20 años. Ambas fueron competitivas al máximo en una carrera de 100 kilómetros, la primera en meta después de un impás competitivo del que regresó mejor incluso de cómo lo dejó y la segunda habiéndose enfocado desde el inicio de su carrera deportiva a las pruebas de ultrafondo.

Y ENTONCES, ¿CUÁL ES LA CONCLUSIÓN?

Si buscabas una moraleja final, no la vas a encontrar. O si la encuentras será tan ambigua como el resto de lo que has ido leyendo. A día de hoy no existe una edad ideal para enfrentarse a pruebas de larga distancia, independientemente del deporte. Asistimos a una época en la que podemos encontrar grandes talentos alimentando tablas de récords de precocidad al mismo tiempo que observamos cómo deportistas tardíos o bien gestionados a lo largo de los años pueden seguir siendo competitivos más allá de los 40.

No en vano, la rumorología no deja de apuntar que la edad real de Eliud Kipchoge dista mucho de los 37 que indica su ficha de World Athletics y que el keniano podría tener, en realidad, más de 40 años. Sea lo que fuere, su ejemplo también es el de la excelencia en ambos extremos del espectro, desde la insólita juventud de un campeón mundial de los 5.000 metros con 18 años al aplastante dominio del maratón por encima de los 35.