La gente cae prendada del Zurich Maratón de Sevilla por su circuito. Por animado, bonito y, dicen los entendidos por ser el más llano de Europa. Como no ha sido posible que sea el más corto de Europa, otro señor mayor y yo hemos pensado que esa caracterización nos viene a la perfección.
Todo porque la revista CORREDOR\ nos han ofrecido a dos de sus colaboradores la posibilidad de disfrutar de cuarenta y dos kilómetros y un trozo variable, con la ayuda del material de ASICS. Amén de agradecer a la marca japonesa decir que sí a los currículum de ambos, pedir en voz alta disculpas porque, en el proceso y textos que seguirán a este, no habrá ni talento, ni arte ni selfies con mozos de sonrisa perfecta.
Quedará un intento de llegar a meta después de meses de avisos de varios especialistas de medicina de lo más variado. Urología, hematología, dermatología, no hemos dejado una sala de espera sin adornar. Así que, para evitar la de psiquiatría, corremos. Pero estamos más que bien. Que nadie venga con dramas.
Aquí comienza nuestro trabajo a cuatro manos. Somos Álex Pérez y Luis Arribas. Y hemos venido a dejarnos el físico. Queremos alejarnos lo más posible de la épica; y sí emplear mucho humor. Álex me acaba de mandar un WhatsApp diciéndome que su culo es poco prominente. Todo porque estoy compartiendo con él mi sabiduría en roperos deportivos. Él va a pedir una L tanto en camiseta como en pantalones. Ya ven qué dos compañeros de viaje: viejos y presumidos. Lo peor.
Epi y Blas, Thelma y Louise, Simon y Garfunkel, Tom y Jerry, Don Quijote y Sancho Panza, todas ellas son buenas y reconocidas parejas. La nuestra es más singular si cabe y por, ahora, bastante desconocida.
Cuando un madrileño y un catalán se juntan hay que ir con cuidado, pues la química puede generar un efecto como cuando sodio y agua se ponen en contacto y acabar en explosión. Nuestro matrimonio, más que de conveniencia, es de supervivencia. Los dos ya estamos entrados en los 50 años, entre ambos sumamos más de un siglo de solera. En asunto de maratones tenemos que explicar que el catalán es virgen y más montañero que corredor, mientras que el madrileño es un experto maratonista y con más zapatillas gastadas que los admirados Correcaminos y Forrest Gump juntos.
No hay nada más analgésico que ilusionarse en nuevos proyectos deportivos: los huesos no te duelen (bueno, te duelen menos) y las contracturas se deshacen en un santiamén.
Seguro que habréis escuchado que a partir de los 40 años si te despiertas y no te duele nada es que, probablemente, estés muerto. Eso puede que pase cuando no tienes que prepararte para correr un maratón como nosotros. No hay nada más analgésico que ilusionarse en nuevos proyectos deportivos: los huesos no te duelen (bueno, te duelen menos) y las contracturas se deshacen en un santiamén. Por cierto, estaria bien que el IMSERSO se planteara organizar campus deportivos de atletismo en vez de tantos bufets libres repletos de bollos y choped en los hoteles de Benidorm. Con la reducción en el uso de simvastatina, metformina y enalapril se prodrian regalar unas zapatillas ASICS concebidas especialmente para gente renqueante como nosotros dos. Proponemos, palillo en mano, un nombre para el nuevo modelo: ASICS VIEJUNO.
Quien dijo que en la madurez uno sienta la cabeza se equivocaba. Luis Arribas y Àlex Pérez os lo van a demostrar. Ya veis que de sentarse, lo que es sentarse, lo mínimo. Sólo lo hacemos para escribir, comer y, bien temprano de mañanita y leyendo el tuiter, para aligerar peso del cuerpo antes de salir a entrenar.
Creo que nadie se mosqueará si quitamos un poco de hierro al abigarrado e intenso ecosistema corredor. Ahora que ya parece que Sevilla ha encontrado su recorrido definitivo, tienen que dejarnos a los verdaderos protagonistas. Somos una parte fundamental del pelotón, hacemos mucho bulto en la demografía de las carreras populares, llenamos cada plaza de la oferta hotelera, pedimos autógrafos a los grandes atletas como si fuéramos adolescentes y la industria deportiva se relame cuando nos oye desbarrar sobre nuestras prospecciones de gasto. Queda claro que en el centro de todo esto estamos nosotros, los sufridos y apasionados corredores aficionados, unos más rápidos, jóvenes y sanos, otros más lentos, maduros y tullidos, que perdemos el culo (sea prominente o no) para ver cumplido un sueño maravilloso: correr y acabar el maratón de Sevilla.
El guiñol Arribas tiene doble tarea: convencer al guiñol Pérez de que el dolor de piernas no es malo sino que purifica el alma, y que un rato malo corriendo, con amigos, es un gran rato. Si India Martínez cantó sobre sus Trece Verdades, nosotros vamos a tener que improvisar sobre la marcha para llegar a las cuarenta y dos. Y tenemos un plan para ello.
Con permiso del maestro Joaquín Sabina, poco corredor pero gran poeta de la vida, podemos decir eso de “Contra todo pronóstico, zapatillas en bandolera, contra todo pronóstico volví a la carrera… ¡hay quien dice que soy mi peor enemigo!”
