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Tokio, 30 jul (EFE).- Selemon Barega refutó la táctica de equipo puesta en práctica por los ugandeses en la final olímpica de 10.000 metros y con un ataque sostenido durante el último giro dio a Etiopía el primer oro del atletismo en los Juegos de Tokio 2020.
Barega dejó atrás a la pareja de favoritos ugandeses para vencer con un tiempo de 27:43.22, por delante de Joshua Cheptegei, campeón y plusmarquista mundial (27:43.62) y de su compañero Jacob Kiplimo (27:43.88).
El etíope sucede en el trono a Mo Farah, campeón en los dos últimos Juegos y ausente aquí por no haberse ganado el puesto en el equipo británico. El español Carlos Mayo, el único atleta de habla hispana presente en la única final del primer día, se clasificó decimotercero con un tiempo de 28:04.71.
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LA TÁCTICA DE LOS UGANDESES
El tercer ugandés, Stephe Kissa, se escapó de salida. En una táctica muy común en el ciclismo pero más rara en el estadio, el equipo de Uganda obligaba a trabajar a kenianos y etíopes para atrapar al fugado. Selemon Barega partió en su busca, arrastrando consigo a Rhonex Kipruto, y lo alcanzaron con 17 vueltas por delante.
Los favoritos empezaron a tirar por detrás en el grupo, en cuyo centro viajaba Carlos Mayo. Cuando Kissa parecía a punto de ser alcanzado, pegaba otro tirón, de forma que los kenianos no hallaban sosiego. Cheptegei, el gran favorito, comenzó a moverse en el sexto km para tomar la cabeza del grupo y enlazar con Kissa y Kipruto. El fugado no tuvo empacho alguno en retirarse, tras haber cumplido su tarea de desgaste.
Al entrar en el penúltimo mil Cheptegei comandaba el paquete, hombro con hombro con el keniano Rodgers Kwemoi, mucho más ligero, que aceleró a tres vueltas del final. En el 600 cambió el canadiense Mohammed Ahmed y al toque de campana lo hizo Barega, éste con carácter definitivo. Cheptegei y Kiplimo tuvieron que conformarse con un esprint por la medalla de plata.
El primer oro estaba cantado para África, pero Barega trastocó los planes ugandeses. José Antonio Diego