Historias

Terres de L'Ebre: el patio de recreo de Ádam Maijó

El joven fondista nos descubre los secretos de una región espectacular para la práctica deportiva.

Luis Arribas

7 minutos

Àdam Maijó logrando la victoria en la Cursa Bombers de Barcelona 2022.

Àdam Maijó (Batea, 2001) es uno de los componentes de la nueva hornada de atletas internacionales que defiende nuestro pabellón en fondo y medio fondo. Hemos conseguido atraer su atención tirando de una de sus pasiones: el turismo. Maijó, a quien no se le puede discutir ser un tarraconense militante, nos desvela unos secretos sobre su zona de origen que bien merece la pena conocer. Secretos en los que se mezclan agua, montaña, deporte y buen comer. Discípulo del legendario Carles Castillejo, el tarraconense que en 2022 dio un salto de calidad corriendo en 13:40, 3:38 y 1:48 las tres distancias más reñidas del aire libre (5000, 1500 y 800 metros), deja lo que tiene entre manos para contarnos cosas y posibilidades de las Terres de l’Ebre. Un patio de recreo de lujo en el que Maijó nos relata el por qué de su esencia.

Vamos con un poco de geografía para acotar el territorio diverso de Terres de l’Ebre. Catalogado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, tenemos que pensar en un conjunto que agrupa las cuatro comarcas del suroeste de Cataluña. Una vez que tenemos en mente ese triángulo tan característico que se forma de cara al Mar Mediterráneo, hay que hablar de la absoluta diversidad de esas cuatro comarcas.

Àdam se embala con el listado de bellezas que pueblan tanto la zona de costa como de interior: “Las de más al sur son preciosas. Están las comarcas de Baix Ebre y Montsiá, donde podemos encontrar pueblos muy bonitos como Deltebre, que es el más cercano a la desembocadura del Ebro y que tiene espacios de interés natural realmente preciosos como la punta del Fangar y el Garxal, y donde puedes hacer una visita y pasear por los pequeños arrozales que son dignos de ver”.

El Delta del Ebro es un paraíso para los amantes de la bicicleta.

El famoso delta del Ebro, que todos aprendimos a situar cuando estudiábamos los principales ríos de España, se ha convertido en un espacio de una riqueza paisajística privilegiada. A salvo justo a tiempo de haber sido invadido por el urbanismo masivo, conserva mucho terreno agrícola y zonas húmedas con una fauna extremadamente variada. “Si bajamos un poquito más están Les Cases d’Alcanar”, nos detalla el mediofondista, que desarrolla con un sentido geográfico digno de un profesional. “Es una preciosidad de localidad y acto seguido tienes la zona de Sant Carles de la Rápita, que te encantará si eres de ambientes muy tranquilos y también para disfrutar de deportes de agua. Diría que sobre todo Cases d’Alcanar, que es un barrio del pueblo de Alcanar pero que hoy día es muy apreciado para el verano”. Sant Carles y su carácter pesquero se notan si paseamos por su puerto, donde llegan afamados diamantes de la gastronomía como langostinos o las ostras de las bateas de los Alfaques.

Terres de l’Ebre se mira en el espejo plateado del mar y también se gusta cuando se gira hacia sus zonas altas: la Terra Alta y la Ribera d’Ebre. Es una maravilla playera pero también un terreno de aventuras perfecto para cuando queremos que las piernas se pongan a tono por cuestas, barrancas y vegas aterrazadas. Qué nos va a decir nuestro atleta de la Terra Alta: Àdam es de Batea, pueblo de viña y olivar, donde los murallones de los huertos se componen de bloques de una caliza clara y brillante. Le pedimos que se moje y se promocione. “Soy de ahí. El casco antiguo es de los más bonitos de la zona y en su tiempo fue considerado el municipio más importante en algo que nos encanta en Cataluña, la producción de vino. Mi pueblo es zona de viticultura y oleicultura, la verdad es que me pones en un apuro. Tenemos una gastronomía muy potente. Por ahí están tanto Horta de Sant Joan, el pueblo que se dice que inspiró a Picasso, el Parque Natural dels Ports, que vienen a ser las montañas de Horta y Tortosa, y un poco más arriba en la Ribera está Miravet, considerado uno de los pueblos más bonitos de Cataluña. El castillo templario está en la colina justo del río Ebro, que está pegadísimo al pueblo, es casi nuestra pequeña Venecia”.

El atleta, hoy residente en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, cita de carrerilla unos favoritos ineludibles si somos de los que compatibilizamos deporte y turismo. “En primer lugar, el más famoso que me viene a la cabeza es de la vía verde que recorre todas las Terres”, donde él mismo envidia poder recorrer a pie cientos de kilómetros y a buen seguro que lo ha combinado ya con bicicleta de montaña. “De hecho hay diferentes campings cerca de la vía verde”, completa tirando de conocimiento del terreno, “para alojarse y luego retomar la ruta. No olvides els Ports, las montañas interiores, ideales para senderismo, trail running, escalada, barranquismo, bicicleta de montaña, todas las actividades de montaña que quieras”. Según discurre nuestra charla con Àdam vemos que, corredor de raza, es más de deportes de larga duración aunque cita con pasión la otra vocación de la zona del Ebro: “En la zona del delta se está haciendo cada vez más kitesurf, cada día más popular. En toda la zona fluvial del Ebro lo que se lleva son deportes como el remo, kayak y piragüismo, en diferentes tramos de la región”. No olvida la bicicleta de ruedas finas. “Y toda la parte del Baix Ebre y Montsia es muy usada para el ciclismo en carretera porque es una zona muy llana, con carreteras muy cómodas, y si hay que hacer kilómetros de bici, por ahí está el entorno de Tortosa, Amposta, Deltebre y Sant Jaume”.

         

Si te gusta el trail running y viajas a Terres de L'Ebre di en casa que no te esperen a cenar.

Pasión y futuro

Pasión por tierras altas y bajas es lo que le sale por los poros a este atleta internacional, que el pasado invierno pudo bregar en el relevo del Campeonato Mundial de Cross en Bathurst, Australia. Maijó se siente del Ebre. Orgulloso de esa anécdota común de la que todos los de la terra presumen. De sentirse propietario de esos suaves acentos que les diferencian por toda Cataluña. Y apasionado de una gastronomía de un alma que tira de espaldas, arroces, vinos, aceites, del atún de l’Ametlla o de la fruta de invierno del Baix Ebre.

Empeño de un joven atleta con las ideas muy claras. “¿Cómo mejorar aún más la explotación de los recursos naturales de la zona para el deporte?”, reflexiona el de Batea: “Creo que debe hacerse uniendo las dos vías de entrada, publicitar el turismo general con el que va ligado a la práctica del deporte”. Se va poco a poco añadiendo a una publicidad de un turismo que ya tiene un tirón innegable “y que esa gente que viene simplemente por las playas y gastronomía, que sepa que pueden tener a mano diferentes opciones”, añade el atleta. La labor, reconoce, es tarea de todos. “Los propios deportistas especializados podríamos empujar ahí, en colaboración con los ayuntamientos. Se deberían crear más escuelas de iniciación. Sin ir más lejos, en un deporte nuevo como el kitesurf se ha abierto una escuela recientemente”. Y es que facilitar el material también es fundamental. “Hay empresas como Monsports, de Horta de Sant Joan”, propone el tarraconense, “que te prestan bicis, arneses, lo que necesites para que puedas darle caña en la zona montañosa de Les Ports d’Horta. Esa gente, que se desplaza a esta región para hacer turismo activo, no tiene por qué traerse todo el material”.

Disfrutar de la montaña de forma relajada es otra de las actividades que pueden realizarse en el patio de recreo de Àdam Maijó.

Àdam comenzó su andadura en la prolífica estructura del deporte escolar de las Terres de l’Ebre. “Empecé haciendo los cinco crosses escolares comarcales. Se repartían cada dos o tres semanas y se iban organizando por la Terra Alta. Cada uno representábamos a nuestra escuela. En mi caso en el Institut Escola Mare de Deu del Portal. Mi primer año quedé en tres crosses entre los tres primeros”, recuerda, “y me clasifiqué para el campeonato de Cataluña escolar. Para mí en ese momento era un campeonato muy importante porque significaba que salía de la comarca”.

Cuarto en su debut, sorprendido y aprendiendo de esas carreras que le dejaban sin aire, “Los crosses escolares son una de mis pruebas favoritas, me recuerda a mis inicios, a ese representar a tu escuela, ir a un pueblo y ver gente, amigos de tu edad, corriendo en los crosses. Era uno de los deportes de más participación. Para mí son momentos que siempre recuerdas”.  En esa época no tenían entrenador, se ejercitaban una vez a la semana, “si es que íbamos. Evidentemente, éramos niños y si podíamos saltárnoslo, pues eso”.

El windsurf encuentra un escenario ideal para su práctica en el Delta del Ebro.

Ahí, en la ambulancia de alguna línea de meta de un campo deportivo del Ebre, sin aire, ahogado, fue cuando decidió buscar un entrenador. Que sería Cristian Gutiérrez, de Gandesa, y que lo fue durante diez años. Àdam entrenó con su grupo en la capital de la comarca y fue progresando en crosses y millas hasta recalar en otro club tarraconense, el Club Atletismo Ascó, hasta cumplir los dieciséis. “En aquella cantera del Ascó supieron que, cuando empiezas en un deporte, lo más importante cuando eres niño es disfrutar, no tener presión, rodearte de gente en el club que te da una buena base. Eso te hace poco a poco tomar una inercia muy natural. Y seguir creciendo en dirección al atletismo”. El atleta alternaría entre las posibilidades del deporte escolar de la zona, jugando también al fútbol en Ascó. “Lo iba combinando como podía y no tenía conciencia de cuándo tenía que competir o de correr crosses, yo solo iba a entrenar a pasármelo bien y disfrutar en la carrera. Y esa enseñanza ha sido lo que me ha hecho crecer en el atletismo posteriormente”.

Pido a Àdam que se aleje de esa infancia y me diga dos o tres sitios donde iría a relajarse en la zona después de un entrenamiento. Ya somos mayores y él responde sin que le tiemble el pulso. “Fundamentales, en las Terres de l’Ebre, yo me iría en primer lugar a la Font Calda que, como su nombre indica, son unas aguas termales que están en Gandesa. Una de esas zonas naturales, donde mucha gente va a montar en bici y a correr. Está realmente muy bien conservado para relajarte, con amigos o solo tras una paliza de entrenamiento. En segundo lugar me encanta en general la zona del Parc Natural dels Ports. A la gente que le motiva la montaña, es de las que más gusta. Y de toda esa zona, de las más conocidas el sitio imprescindible sería el Mirador de les Roques de Benet, una de las rutas más montañeras y bellas de las decenas que hay en esa diversidad. Por último recomiendo el Parque Natural del Delta, y la Platja del Trabucador, donde puedes encontrar los atardeceres más bonitos.

Echar unas zapatillas a la maleta es algo que quizá todo lector de esta revista haga de manera automática. Promocionar ese hábito para recorrer colinas, regadíos y marismas de este esquinazo mediterráneo es una tarea que los organismos de Terres de l’Ebre están poniendo en marcha. Un paraíso en el que no faltarán ni carreteras para hacer kilómetros ni buenas mesas y manteles donde recuperar energías. Está esperándote.

En Terres de L'Ebre no faltan vías verdes para echar a caminar sin otro propósito que dejarse atrapar por el paisaje.

 

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