La historia de las primeras San Silvestre de España: Galdakao, Alcañiz y Vallecas

El origen de las carreras de San Silvestre en nuestro país, todo un clásico para despedir el año. Galdakao, Alcañiz y Vallecas fueron las pioneras siguiendo la estela de São Paulo.

Una imagen de la San Silvestre de Galdakao con Nobel Lado, "el Jabalí", en cabeza. ORGANIZACIÓN.
Una imagen de la San Silvestre de Galdakao con Nobel Lado, "el Jabalí", en cabeza. ORGANIZACIÓN.

Silvestre I comenzó su papado un año después de que se promulgase el Edicto de Milán, a principios del 314 después de Cristo. Ese edicto permitía a los cristianos reunirse libremente, predicar su religión y, a fin de cuentas, salir de las sombras para expandir su pensamiento por todo el continente. Más de 1.700 años después, el nombre de Silvestre sigue vinculado a la libre reunión de personas, pero ahora sin biblias ni credos, sino con zapatillas y dorsal. Silvestre murió el 31 de diciembre del 335 y ese día quedó reservado en el santoral para homenajearle. También para dar nombre a centenares de carreras populares en todo el mundo que se celebran el último día del año.

Los inicios: poco más de medio centenar de participantes, un escueto premio en metálico y algunas viandas y productos de la tierra como premio.

Era 1925 cuando las antorchas se encendieron para iluminar la noche de fin de año en las calles de São Paulo. Unos años antes, el periodista Cásper Libero había sido testigo de una carrera nocturna en París en la primera noche del año y quiso trasladar ese modelo a su estado natal, pero en esta ocasión no para dar la bienvenida al año, sino para despedirlo. Desde entonces y de forma ininterrumpida la ciudad brasileña ha pasado página en el calendario con una carrera en sus calles, primero nocturna, después vespertina y en la actualidad en formato matutino. Desde 1991 se celebra sobre un recorrido de 15 kilómetros y por ella han pasado algunos de los mejores atletas de la historia, desde Rosa Mota a Emil Zatopek pasando por Paul Tergat, Abebe Bikila o Gaston Roelants.

Once kilómetros al este de Bilbao, camino a Donosti, se encuentra la localidad de Galdakao. Allí, en 1961, se celebró la primera carrera de fin de año en nuestro país. La bautizaron como Circuito de Nochevieja y desde 1973 se celebra sin descanso, pues sufrió un parón entre 1964 y 1972. Años en los que en otras partes del territorio nacional comenzó a propagarse el espíritu de San Silvestre. Vallecas, en 1964, y Alcañiz, en 1965, iban a ser las otras dos ubicaciones en las que se desarrollasen carreras en época navideña, cada una con su nomenclatura: San Silvestre Vallecana y Carrera del Pavo de Alcañiz. Poco más de medio centenar de participantes, un escueto premio en metálico y algunas viandas y productos de la tierra como premio (incluso un pavo vivo que se sigue entregando en el caso de Alcañiz) fueron los puntos en común de estas pruebas. Además de la fecha, claro.

Salida del Gran Premio de Vallecas en 1964 con Hurtado a la cabeza | soycorredor.es
Salida del Gran Premio de Vallecas en 1964 con Jesús Hurtado a la cabeza. CORREDOR.
 

Cada una de ellas evolucionó de forma distinta hasta convertirse en lo que son hoy en día. Nadie puede negar que la multitudinaria, mediática y capitalina San Silvestre Vallecana ha sido la que mayor transformación ha sufrido, siempre con el final en el emblemático barrio de Vallecas como eje vertebrador de un evento que en la actualidad congrega a casi 40.000 corredores cada año. Sobra decir que, siendo Madrid su ubicación, contaba con todas las posibilidades de convertirse en lo que es hoy. Sin embargo, es incontestable el éxito de las pruebas que se celebran en los corazones de Bizkaia y Teruel. Más de medio siglo después siguen siendo lugar de peregrinaje para todos los corredores de su entorno. Humildes y populares. Sin estridencias. Firmes en el tiempo y con las historias vividas de miles de corredores a sus espaldas.

Sería imposible enumerar a todas y cada una de las leyendas que alguna vez han cruzado la puerta más meridional del Estadio de Vallecas para sonreír y cerciorarse de que, como les prometían, estaban viviendo un momento único.

Sobre el asfalto madrileño han corrido algunos de los mejores fondistas de la historia. Nombres que forman parte de la iconografía de nuestro deporte: Eliud Kipchoge, Paula Radcliffe, Brigid Kosgei, Zersenay Tadese, Grete Waitz o Tirunesh Dibaba. Sería imposible enumerar a todas y cada una de las leyendas que alguna vez han cruzado la puerta más meridional del Estadio de Vallecas para sonreír y cerciorarse de que, como les prometían, estaban viviendo un momento único en sus carreras deportivas. También los atletas españoles, cómo no. De obligada participación debería ser esta prueba que te exprime al máximo, adrenalítica en su eterno descenso y desgarradora en la trepada hacia el corazón del barrio vallecano.

“Solo hay una" reza el lema que en los últimos años ha servido como gancho para una carrera que no lo necesita. Tampoco es necesario en Galdakao o Alcañiz. Sobrevivir a más de 50 años de cambios te convierte en inmortal. De las fotos en blanco y negro a las camisetas en colores fosforito. De las zapatillas de cuero a las de materiales sintéticos y placas de fibra de carbono. De las antorchas iluminando las calles a los grupos de rock animando en las aceras. De los titulares en periódicos locales a las retransmisiones a través de internet.

De Silvestre I a San Silvestre, el corredor.

Una imagen de la San Silvestre Vallecana popular 2022. LAST LAP.
Una imagen de la San Silvestre Vallecana popular 2022. LAST LAP.

 

Salida del Gran Premio de Vallecas (hoy en día San Silvestre Vallecana) en 1964 con Jesús Hurtado a la cabeza | soycorredor.es

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