Nutrición

Fresas en tus entrenamientos: el pequeño tesoro rojo que mejora tu recuperación al correr

No subestimes su tamaño: las fresas son antioxidantes, antiinflamatorias y un manjar posentreno. Descubre por qué incluirlas en tu dieta puede darte un plus como corredor.

Julián Domínguez

3 minutos

Las fresas son como esas series de TV que no duran más de una temporada pero te dejan huella: intensas, precisas, sin relleno.

Pequeñas, sabrosas, irresistibles. Las fresas llevan siglos conquistando paladares, pero lo que quizá no sepas es que también pueden conquistar tus entrenamientos. Detrás de ese rojo brillante se esconde un cóctel de antioxidantes, vitaminas y compuestos antiinflamatorios que ayudan a tu cuerpo a recuperarse mejor, correr con más fluidez y resistir el desgaste de los kilómetros. Hoy te contamos por qué los corredores —sí, incluso tú que no eres muy de fruta— deberían mirar con otros ojos esta joya primaveral.

Corredores con sabor a primavera

Las fresas no suelen figurar en la dieta clásica del runner, eclipsadas por plátanos o bebidas de colores. Pero lo cierto es que estas frutas de temporada esconden un perfil nutricional casi hecho a medida para quien sale a correr. En un estudio publicado en Nutrients (2021), se demostró que el consumo regular de fresas mejora los marcadores inflamatorios, reduce el daño muscular tras ejercicio intenso y acelera la recuperación. Todo gracias a su alta concentración de polifenoles, especialmente antocianinas, responsables de su color rojo intenso.

Antioxidantes que valen más que un masaje

Correr —sobre todo cuando apretamos el ritmo o sumamos kilómetros— genera lo que se conoce como “estrés oxidativo”. Es decir, un pequeño desajuste entre los radicales libres y los sistemas de defensa del cuerpo. Y ahí las fresas entran en acción. Estudios como el publicado en Journal of Agricultural and Food Chemistry (2020) confirman que los compuestos antioxidantes de las fresas ayudan a neutralizar estos radicales, protegiendo tejidos, vasos sanguíneos y músculos. ¿El resultado? Menos fatiga, menos dolor y mayor sensación de ligereza tras el entrenamiento.

Dulces, pero sin traición

Una taza de fresas (150 g) apenas aporta unas 50 kcal y contiene menos de 8 gramos de azúcar natural. Es decir: sabor intenso, saciedad y energía leve sin el subidón típico de otros alimentos azucarados. Esto las convierte en un snack perfecto para antes de una salida corta o como merienda tras un entrenamiento. Además, tienen un índice glucémico bajo y mucha fibra, lo que ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre. Para quienes entrenan a diario, eso se traduce en menos picos de hambre y una mejor gestión del combustible interno.

Anti­inflamatorio natural, sin receta

Uno de los beneficios más interesantes de las fresas para corredores es su potencial antiinflamatorio. Las antocianinas y el ácido elágico, presentes en altas concentraciones, actúan como moduladores naturales de la inflamación. Un ensayo publicado en British Journal of Nutrition (2022) encontró que el consumo diario de fresas durante tres semanas redujo los niveles de proteína C reactiva, un marcador de inflamación sistémica. En un corredor, esto puede significar una recuperación más rápida y menos molestias tras una tirada larga o un entrenamiento de calidad.

Cerebro fresco, piernas más ágiles

Las fresas no solo cuidan el cuerpo: también aportan beneficios cognitivos. Su contenido en vitamina C y flavonoides se ha relacionado con una mejor función ejecutiva, es decir, mayor capacidad de concentración, memoria a corto plazo y toma de decisiones. No es magia, es biología: correr con la mente despejada también se entrena, y lo que comes influye. Incluir fresas de forma regular puede ayudarte a mantener la cabeza en su sitio cuando el cuerpo empieza a flaquear.

Cómo incorporarlas (sin caer en la macedonia aburrida)

No hace falta convertirte en chef para incluir fresas en tu alimentación runner. Aquí van algunas ideas sencillas:

  • Con yogur natural y avena, como desayuno preentreno.
  • En un batido con plátano, leche o bebida vegetal, tras entrenar.
  • Congeladas y trituradas como helado casero.
  • Combinadas con frutos secos para un snack equilibrado.
  • A mordiscos, sin más, después de una sesión al sol.

Y si las combinas con un poco de chocolate negro (mínimo 70%), tienes un capricho post-entreno que también cuida tu cuerpo.

Rojas, breves… y eficaces

Las fresas son como esas series de TV que no duran más de una temporada pero te dejan huella: intensas, precisas, sin relleno. Y lo que aportan al cuerpo de un corredor —energía suave, defensa antioxidante, menor inflamación y una buena dosis de frescura— es demasiado valioso como para ignorarlo. Así que la próxima vez que las veas en el mercado, no pienses solo en postres. Piensa en recuperación, en rendimiento, en piernas más sueltas. Y luego, si eso, cómelas con las manos manchadas y la sonrisa roja.

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