La flora intestinal o microbiota es el conjunto de microorganismos o bacterias que viven en nuestro intestino. Desarrolla funciones beneficiosas para nuestro organismo como por ejemplo:
- Actúa como defensa del organismo frente a bacterias “malas” y virus, ya que más del 80% de nuestro sistema inmunitario reside en el intestino
- Colabora produciendo vitaminas para que nuestro cuerpo las utilice, como la vitamina K o la B12
- Facilita la absorción de determinados minerales como el hierro o el calcio.
- Ayuda a nuestro sistema digestivo aliviando síntomas de estreñimiento o de diarrea.
Una vez que nos ha quedado claro la importancia de nuestra flora intestinal, un apunte más. Hemos comentado un poco más arriba que en nuestro intestino hay diferentes bacterias que son patógenas y que lo importante es mantener el equilibrio de nuestra microbiota entre sustancias patógenas y beneficiosas.
¿Qué factores desequilibran nuestra microbiota?
Hay dos importantísimos que son el estilo de vida y la alimentación.
- El estilo de vida
Un estilo de vida poco saludable penaliza nuestra flora intestinal: el tabaco, el estrés, el alcohol, el poco descanso son, entre otras, causa de que nuestras digestiones empiecen a ser más lentas, nos hinchemos mucho después de comer, episodios de diarrea/estreñimiento, gases... Todos, síntomas, de una mala flora intestinal.
También debemos tener en cuenta cuando viajamos a algún país extranjero que podemos traer parásitos intestinales, por ello es recomndable siempre llevar una cajita de probióticos, ya que no son sólo los parásitos, el cambio de alimentación puede derivar en un aumento de la flora patógena y nos puede hacer pasar unas malas vacaciones.
Movernos, estar más activos, controlar el estrés, descansar más horas y masticar muy bien los alimentos antes de tragarlos son un buen punto para mantener ese equilibrio del que hablamos.
- Alimentación
Una mala alimentación tampoco ayuda a mantener el equilibrio de nuestra flora, según te alimentes generarás un tipo u otro de flora intestinal.
Alimentación prebiótica, entendiendo por prebiótico como la clase de alimentos funcionales, no digeribles que son utilizados por la microbiota intestinal estimulando el crecimiento de las bacterias “más saludables” de nuestra flora.
Alimentación con probióticos donde los probióticos son microorganismos vivos beneficiosos que ingerimos de modo externo ya sea en alimentos o en forma de suplementos. Aquí entran todos los lácteos fermentados como el yogur y el kéfir, la col fermentada o Chucrut, la soja fermentada o Tempeh y el té Kombucha entre otros.
Nuestra dieta mediterránea es perfecta para ello ya que es rica en fibra, en integrales como los cereales integrales y la avena, las frutas como la manzana, legumbres, verduras como los espárragos y las cebollas... activando nuestra microbiota de manera saludable
Algo menos sencillo, sobre todo por su adicción, es que hemos de evitar los ultraprocesados por su alto contenido en azúcares libres, azúcares simples y grasas poco saludables y muy bajos en fibra. Es difícil resistir la tentación sobre todo cuando está en un periodo de estrés pero estaríamos combinando dos bombas de relojería nada saludables para nuestro equilibrio en la flora y, por ende, para nuestro sistema inmunológico. Cámbialo por frutos secos tostados (anacardo, pistachos, nueces), encurtidos, uvas...
Pilar Forte - @nutricion.pilarforte
Nutricionista especializada en SanusVitae