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A España en los Juegos Olímpicos le ocurre siempre lo mismo que le sucedía a ‘La Roja’ de fútbol en la previa de cada Eurocopa o Mundial antes de que llegase el ciclo dorado de 2008-2012. Somos optimistas por naturaleza. En el fútbol nos veíamos campeones sí o sí y en los Juegos no hay edición en la que las 22 medallas de Barcelona 92 nos parezcan muchas. Luego la competición nos pone en nuestro sitio, que suele ser un peldaño o dos por debajo de las expectativas. Sin embargo, al menos en atletismo, España acudirá a París con la ambición de al menos igualar las cuatro medallas que el deporte rey ganó en nuestros Juegos hace ya 32 años. Desde entonces, el contador de metales ha ido oscilando entre el uno mayoritario en Sídney 2000, Londres 2012 y Tokio 2020, y el exitoso tres de Atenas 2004, con dos preseas en Atenas 1996 y Río 2016, y el rosco de Pekín 2008. Si las previsiones realistas se cumplen, dentro de un mes hablaremos de los Juegos Olímpicos más brillantes en la historia del atletismo español. Pero tan cierto es que las previsiones casi nunca se cumplen al 100% como que habitualmente aparece alguna sorpresa en el último momento que, si no sube al podio, lo acaricia. En los próximos párrafos intentaremos desgranar las posibilidades de España Atletismo en Saint-Denis entre certezas (gente que por historial internacional y ranking es muy favorita a medalla), sueños (aquellos que podrían pelear por un puesto de finalista y quién sabe) y milagros (pues eso, que necesitan uno, aunque sea pequeñito).

CERTEZAS
Atendiendo al pasado más reciente de España Atletismo en grandes campeonatos, hay dos especialidades que ven el podio de París muy de cerca. Hablamos de la marcha (siempre la marcha) y el triple salto. Es más, conociendo el carácter hipercompetitivo de sus cuatro líderes, ellos mismos considerarían un fracaso no colgarse una medalla en estos Juegos.
Para María Pérez y Álvaro Martín es lo exigible después de la exhibición legendaria que dieron en Budapest hace menos de un año. Al calor y la humedad del Danubio, ambos se proclamaron campeones del mundo tanto en los 20 como en los 35 kilómetros marcha, un hito inédito para el atletismo español e internacional. En París solo podrán disputar la distancia corta y también un relevo mixto por parejas en el que serían un auténtico Dream Team con muy pocos rivales a su altura. En esos 20 kilómetros, nadie ha marchado más rápido que María Pérez (1:25:30, récord de España en marzo de 2023) a lo largo del ciclo olímpico. Álvaro Martín ocuparía el cuarto puesto en este ranking con el 1:17:32 que le llevó a ser campeón del mundo en 2023 y, aunque los tres atletas que tiene por delante (Koki Ikeda, Jun Zhang y Massimo Stano) han logrado sus marcas a principios de 2024, en Budapest naufragaron (15º, 29º y abandono). También hay que tener en cuenta la fractura por estrés en el sacro sufrida en Budapest que ha tenido todo el invierno de baja a María Pérez, si bien las sensaciones que mostró en su regreso a los 20 kilómetros en La Coruña (1:27:43, su sexta marca de siempre) fueron positivas.
En el triple salto, Ana Peleteiro ya sabe lo que es subir a un podio olímpico. Lo hizo hace tres años en Tokio, donde reventó su propio récord de España para colgarse el bronce con un brinco de 14.87 metros. Un año después dio a luz a su primera hija y este 2024 ha recuperado su mejor nivel tras un 2023 de readaptación a la competición. En el Mundial Indoor de Glasgow ganó el bronce con el mejor salto de la historia de España bajo techo (14.75) y una de las series más completas de su carrera con tres intentos por encima de 14.60. Definitivamente, Ana había vuelto. Este verano ha dado un paso más allá. En Roma se proclamó campeona de Europa al aire libre, rozando su propio récord de España con un vuelo sin motor de 14.85, el más largo del planeta en lo que llevamos de temporada estival. Sin Yulimar Rojas, operada del tendón de Aquiles, el oro olímpico vuelve a estar abierto a las mortales. La gallega asegura que para ganarlo deberá saltar aun así 15 metros, pero está preparada para ello.

Tan candidato al oro como Peleteiro o más será Jordan Díaz, su compañero de entrenamientos en Guadalajara, el epicentro mundial de los saltos horizontales bajo la atenta mirada de Iván Pedroso. En su debut como español conquistó el oro europeo… ¡con la tercera marca de la historia! 18.18, a solo 11 centímetros del récord mundial. Para hacernos una idea, lo que mide un autobús de largo y la mitad de otro. En tres brincos. Que Jordan posee el tobillo con más talento para el salto que se ha conocido lo teníamos todos claro. Después de su exhibición romana, donde tuvo que remontar una animalada de 18.04 de Pedro Pablo Pichardo, hemos corroborado que, como Ana, es una bestia competitiva. En París, probablemente se verá obligado a repetir gesta, pues además de al portugués, Jordan se enfrentará al jamaicano Jaydon Hibbert, al italiano Andy Díaz y al burkinés Hugues Fabrice Zango, que también se mueven en la frontera de los 18 metros.
SUEÑOS
Tras los Cuatro Fantásticos que deben pelear por las medallas en París, España acudirá a los Juegos con un amplio elenco de atletas que ya saben lo que es lograr el diploma olímpico o hacer top 8 en un Campeonato del Mundo. Siguiendo con la marcha, Diego García Carrera disputará sus segundos Juegos en 20 kilómetros tras acabar sexto en Tokio hace tres años. Además, le avalan el tercer puesto en el Mundial de Marcha por Equipos que logró hace dos meses en Antalya, dos medallas europeas en 2018 y 2022, y la marca personal de 1:18:11 que fijó el pasado mes de mayo en La Coruña. Sin embargo, su 14º puesto en el Europeo de Roma y las pobres actuaciones que protagonizó en los Mundiales de Oregón 2022 y Budapest 2023 levantan ciertas dudas en torno a su rendimiento. Capaz de lo mejor y de lo peor, parece un peldaño por debajo de los aspirantes a medalla, pero si tiene un día inspirado no hay que descartarle en ninguna pelea.
Con menos palmarés pero igual capacidad para disputar un puesto de diploma se encuentran la pareja formada por Cristina Montesinos y Laura García-Caro. La catalana explotó en 2023, acabando quinta en los 35 kilómetros del Mundial, y su adaptación a los 20 kilómetros este curso está siendo notable: fue campeona de España en Zaragoza con una respetable marca de 1:28:43 y en Roma acabó sexta en su primer gran campeonato en la distancia corta. La onubense ha vivido dos años de montaña rusa desde que fuera sexta del mundo en Oregón en los 35 kilómetros. Sufrió Covid persistente y no pudo competir durante casi 18 meses, hasta que regresó en febrero de 2024, desarrollando una proyección que invita a soñar con verla entre las mejores en los 20 kilómetros. En su primera carrera fue segunda en el Nacional bajando de hora y media, y en la segunda logró la segunda marca española de todos los tiempos en La Coruña, 1:27:19, superando en el ranking a toda una medallista olímpica como María Vasco. En la tercera, solo un desafortunado final en el Olímpico de Roma le hizo perder la medalla de bronce en el Europeo.
Antes de pasar a otras especialidades, damos carpetazo a los componentes del Team Pedroso en Guadalajara con dos saltadoras de longitud: Fátima Diame y Tessy Ebosele. Tras muchos años a las puertas de la gloria, Fátima logró en marzo su primera medalla internacional, el bronce nada menos que en el Campeonato del Mundo Indoor que se celebró en Glasgow. Un podio que le dará el empujón de confianza que le había faltado hasta entonces, aunque pese a sus propias dudas ya fue capaz de ser sexta del mundo en Budapest igualando su marca personal de 6.82. En esa misma cita, Tessy Ebosele hizo su carta de presentación internacional, acabando octava y asegurándose así el billete olímpico; antes había sido campeona de España en Torrent. Quizás los siete metros que decidirán las medallas en París parezcan un poco lejanos para ambas, pero es una distancia que tienen en las piernas. En todo caso, su objetivo realista sería conseguir el primer diploma olímpico en la historia de la longitud española.

El mediofondo volverá a ser uno de los bastiones de España en los Juegos Olímpicos, a pesar de la ausencia de un supercrack mundial. Adel Mechaal en 1500 y Adrián Ben en 800 ya saben lo que es ganar un diploma, pues ambos fueron quintos en Tokio hace tres veranos. Para repetir o mejorar, Mechaal, tendrá que volver a presentar su mejor versión, esa que le llevó a hacer 3:30.77 en la final de 2021, pues la densidad de atletas alrededor de los 3:30 abruma. A su favor juegan su prestación en la capital nipona y su capacidad de rendir bien en tres carreras consecutivas; en su contra, que únicamente fue quinto en Roma y que este año no ha bajado de 3:33.21 y necesitará correr bastante más rápido… Aunque su tercer puesto en la milla de Londres, con 3:49.21 y ante rivales de entidad, indican que está capacitado para ello.
Caso distinto es el de Adrián Ben, un animal competitivo que suele acertar con el timing cada temporada para llegar al gran campeonato en su mejor momento de forma. Así, fue sexto del mundo en Doha 2019, quinto olímpico en Tokio 2020 y cuarto del mundo en Budapest 2023 (con marca personal de 1:43.92 y a muy pocas centésimas del bronce), tres hitos que ningún ochocentista español había logrado en la historia. Además, se proclamó campeón de Europa indoor hace poco más de un año en Estambul. Sin estar al 100 % terminó sexto en la final de Roma, por lo que en París debería estar para todo. Si no fuera porque compite en una prueba tan impredecible como los 800 metros, podríamos hablar de Ben como una certeza, aunque es el único de la última final olímpica que repitió entre los mejores en Budapest.

Mario García Romo y Mohamed Attaoui acompañarán a Mechaal y Ben, respectivamente, en París. El salmantino acabó cuarto del mundo en 2022 (rozando el podio) y sexto en 2023, con que no es fantasear que vuelva a estar en la pomada de los finalistas, cerca del podio. Solo su discreto 2024, donde únicamente fue 11º en el Mundial Indoor y no pasó a la final del Europeo, genera dudas sobre su rendimiento en París. Por el contrario, Attaoui llega en el mejor momento de su vida a los 22 años. En su bautismo internacional en Budapest hizo la quinta marca española de la historia (1:44.35) y volvió de su confirmación en Roma con la medalla de plata al cuello, la tercera de un ochocentista español en la historia de los Europeos. Justo después trituró el récord de España de 1000 metros y llega a París en disposición de liarla con su atómico cambio de ritmo. Ese que le llevó a la segunda plaza en la Diamond de Mónaco con récord de España (1:42.04) y la novena marca mundial de la historia. Solo el carácter impredecible de los 800 metros nos hace tener cautela con un diamante capaz de todo.
Tras el amargo quinto puesto en Roma después de tirar durante toda la carrera en la final del Europeo, Dani Arce busca resarcirse en los Juegos. Serán sus segundos tras los de Tokio y, después de acabar noveno en los dos últimos Mundiales, espera subir un peldaño más para alcanzar el diploma. Si es capaz de correr en su marca del año (8:12.28), no digamos ya en su personal de 2023 (8:10.63), estará en el top8. París 2024 serán los primeros Juegos para Marta García y Thierry Ndikumwenayo, sendos bronces europeos en 5000 y 10.000 metros. El estratosférico nivel de la palentina le ha permitido, además, batir cuatro récords de España este curso, incluido el mítico de Julia Vaquero en las 12 vueltas y media. Una actuación a la altura de lo que viene demostrando le llevaría a la final, y aunque la lucha por las medallas se antoja utópica, sí podría pugnar por un diploma que en Tokio se cerró en 14:46.49, registro que Marta ha mejorado en los dos 5000 que ha corrido en 2024 (14:46.37 y 14:44.04). Ndikumwenayo, por su parte, doblará 5000 y 10.000, y a pesar de poseer mucha mejor marca en la distancia corta (12:48.10, cuarto del ranking, por 27:26.57, 41º del mundo en 2024) podría beneficiarse más de su forma de correr en las 25 vueltas. Sus registros le convierten en candidato a las medallas… pero su historial táctico en grandes campeonatos (en Budapest se quedó fuera de la final de 5000 y en Roma no subió a un podio que parecía obligado) le hacen bajar un peldaño en la escala de favoritos.

Los últimos sueños de España Atletismo se encuentran en las vallas altas. Asier Martínez ya sabe lo que es ganar un diploma olímpico (sexto en Tokio 2021), una medalla mundial (bronce en Oregón 2022) y un título europeo (oro en Múnich 2022), y aunque este año está de nuevo cerca de su mejor versión, el cuarto puesto de Roma le supo a muy poco. Como suele decirse, “vallas son vallas”, y cualquier cosa puede suceder, pero lo normal es que para reeditar la final de Tokio tenga que rondar su marca personal de 13.14. Pase lo que pase en París, la temporada de Quique Llopis ya será un rotundo éxito después de ganar la plata europea en Roma con marca personal de 13.16, un registro que luego trituraría en el Nacional de La Nucía con 13.09, convirtiéndose en el segundo español tras Orlando Ortega en bajar de 13.10. A tres por país es quinto del ranking mundial, conque si mantiene ese estado de gracia, el discípulo de Toni Puig soñará en grande. Y nosotros con él.

MILAGROS
Completamos este repaso a las opciones de España Atletismo en París con un grupo de atletas cuyo deber no pasa por ser finalistas… pero podrían serlo. En algunos casos lo tienen muy complicado y en otros, algo más accesible. Eso sí, para ninguno es misión imposible colarse en el cuadro de honor de estos Juegos. Las chicas del relevo 4x100, de hecho, ya fueron quintas del mundo hace dos años con un cuarteto que ojalá repita en París si Maribel Pérez se recupera de una lesión sufrida días antes del campeonato de España: Sonia Molina-Prados saliendo de tacos, Jaël Bestué haciéndose grande en la contrarrecta, Paula Sevilla volando en la curva y Maribel Pérez echando el ancla sobre la línea de meta. Sin llegar a la perfección que les llevó a su estratosférico récord de España de 42.58 en 2022, las cuatro han vuelto a brillar en 2024, corriendo con solvencia por debajo de 43 segundos. Echando un vistazo a los últimos grandes campeonatos, es posible que repitiendo los 42.84 de la final de Roma estén entre las ocho mejores en París. No será fácil, pero tampoco una quimera.
Más complicado lo tendrán los relevos largos españoles. Al 4x400 masculino puede que ni le valga batir el récord nacional de 3:00.54 para pasar a la final, aunque los Spanish Beatles (Tomás Campos dixit) siempre compiten bien. Óscar Husillos, Iñaki Cañal, Manu Guijarro, Julio Arenas y David García Zurita fueron quienes sellaron la brillante clasificación olímpica en Bahamas, y si no hay percances ni sorpresas repetirán equipo en París. El 4x400 femenino, asentado en un cuarteto formado por Carmen Avilés, Berta Segura, Eva Santidrián y Blanca Hervás, ha logrado en los dos últimos meses las tres mejores marcas españolas de la historia, rebajando en más de dos segundos un récord que duró 33 años. Han conseguido hacernos creer (y lo más importante, se lo han creído ellas mismas) que lo que en su día parecía imposible ahora está al alcance de la mano. Será complicadísimo, pero otra actuación similar al 3:25.25 de las semis de Roma podría ser la llave para una final olímpica que ningún relevo español ha logrado jamás.

