Los de París 2024 han sido los mejores Juegos Olímpicos. Los datos son meridianos en un atletismo de cada vez más nivel: se batieron tres récords mundiales, 13 olímpicos, 21 plusmarcas continentales y 99 nacionales. Además, disfrutamos de carreras que quedarán para la posteridad. Precisamente los 42 km fueron la guinda del pastel a un campeonato espectacular. Un recorrido monumental y a la vez terriblemente duro dejó dos carreras de leyenda. Primero, el etíope Tamirat Tola demostró su superioridad en este tipo de circuitos arrebatándole el récord olímpico al malogrado Samuel Wanjiru con 2:06:06. Un día después, la neerlandesa Sifan Hassan presentaba su candidatura a mejor corredora de la historia con el broche de oro a unos Juegos insuperables: bronce en 5000, bronce en 10.000 y campeona en el maratón con más nivel de la historia, batiendo el récord olímpico con 2:22:55 y ganando a la plusmarquista mundial Tigist Assefa al sprint.
Caerse y levantarse de nuevo. Jakob Ingebrigtsen no conoce la palabra miedo. Después de quedarse fuera del podio en un 1500 que él mismo llevó a ritmo de récord olímpico, ganó con solvencia el oro en 5000. Parece imbatible en la distancia: ha ganado las últimas cinco finales olímpicas/mundiales/europeas. VÍCTOR SECO (VSM PHOTOEVENTS)
Antes, la pista del Stade de France ya había sido testigo de actuaciones memorables. Quizás la más tremenda, la de Cole Hocker en unos 1500 que se presumían como un duelo entre Jakob Ingebrigtsen y Josh Kerr, los vigentes campeones olímpico y mundial. El noruego propuso una carrera a contrarreloj y acabó fuera de las medallas con un tiempo, 3:28.24, que hace solo un año habría sido récord de Europa. Tapado hasta el último 200, Hocker los ajustició a todos y conquistó, de golpe, el cuarto oro en el ‘milqui’ en la historia de Estados Unidos, el récord de Norteamérica y la plusmarca olímpica (3:27.65). Jakob se quitaría la espina ganando cuatro días después el 5000, una distancia en la que parece imbatible en campeonatos.
El 10.000 abrió fuego con las mejores 25 vueltas de todos los tiempos, en las que ¡13 atletas! bajaron de 27 minutos y el ugandés Joshua Cheptegei redondeó un palmarés que ya mira cara a cara al interminable Bekele: su oro con récord olímpico en París 2024 (con 26:43.14) se une al oro en 5000 y la plata en 10.000 en Tokio 2020, a los tres títulos mundiales consecutivos en el ‘diez’ y a los récords mundiales en ambas distancias.
También el 800 se tradujo en un festival de marcones, en el que por primera vez en la historia bajar de 1:42 no significó subir al podio, y en el que el keniano Emmanuel Wanyonyi y el canadiense Marco Arop revivieron su duelo de 2023… Esta vez con triunfo de Wanyonyi por solo una centésima con 1:41.19. Y en 3000 obstáculos, el marroquí Soufiane El Bakkali se convirtió en el primer atleta en revalidar su título desde 1936.
La velocidad enarboló la bandera de las barras y estrellas, con los (por fin) primeros títulos olímpicos de Grant Holloway y Rai Benjamin en 110 y 400 metros vallas, respectivamente. Quincy Hall devolvió a Estados Unidos la gloria en la vuelta a la pista 16 años después, colocándose cuarto en el ranking mundial de todos los tiempos con 43.40 y una remontada increíble en los últimos metros. Noah Lyles quería proclamarse rey absoluto de la velocidad y hacer doblete 100-200, pero finalmente se quedó a medias. Aunque se llevó el premio gordo con marca personal (9.79, la mejor en unos Juegos desde 2012), perdió el 200 ante el huracán botsuano Letsile Tebogo.
En mujeres, el protagonismo absoluto de Hassan en la larga distancia lo hizo suyo Gabby Thomas en el sprint. Tres oros, más que ningún otro atleta en todos los Juegos. Ganó por aplastamiento el 200 y contribuyó a los triunfos de Estados Unidos en el 4 x 100 y 4 x 400. Su compatriota Sha’Carri Richardson aspiraba a todo en el hectómetro, pero tuvo que conformarse con la plata ante la irrupción de la bestia caribeña Julien Alfred, que se llevó el oro en el 100 y la plata en el 200. En un 100 vallas con una decena de candidatas al título, la estadounidense Masai Russell le ganó por una centésima el oro a Cyréna Samba-Mayela, a la postre la única medalla francesa en todo el campeonato.
Estrenaron título la dominicana Marileidy Paulino en el 400 y la británica Keely Hodgkinson en el 800, aunque únicamente fue Paulino quien tuvo que exhibirse (48.17, récord olímpico) para ganar la primera final de la historia donde las ocho atletas bajaron de 50 segundos.
Femke Bol protagonizó una de las grandes derrotas. La neerlandesa había rubricado una remontada antológica para ganar el 4 x 400 mixto, y con esa motivación salió a la final de 400 vallas buscando un imposible: derrotar a Sydney McLaughlin-Levrone. Pagó su valentía con un bronce que le queda muy pequeño, pero nada tenía que hacer contra la estadounidense, probablemente el mayor talento de la velocidad mundial: batió su sexto récord mundial (50.37) y bajó de 48 segundos en su posta del 4 x 400 en el que Estados Unidos acarició el récord mundial.
La otra gran derrota la sufrió la keniana Faith Kipyegon en el 5000, a manos de su compatriota Beatrice Chebet, a priori una atleta más lenta pero que completó un último 1000 estratosférico en 2:33. Kipyegon se repuso cerrando su triplete de oros en 1500 con su segundo récord olímpico (3:51.29) y Chebet firmó un campeonato de ensueño con el título de 10.000 metros en una carrera que encumbró a la prodigiosa italiana Nadia Battocletti, plata aquí y cuarta en el ‘cinco’. El último récord olímpico en el anillo fue para la bahreiní Winfred Yavi (8:52.76) en un 3000 obstáculos donde cuatro mujeres bajaron de nueve minutos.
Por supuesto, en los concursos también se vivieron actuaciones memorables, la más destacada sin duda el enésimo récord mundial de Mondo Duplantis en la pértiga, sobre 6.25 metros. Pero ese repaso podéis encontrarlo en otra ventanilla. Concretamente, en soycorredor.es y en las redes sociales de @soycorredor_es, donde realizamos una amplísima cobertura de los Juegos Olímpicos desde París 2024.