“Hay que conocer las condiciones del sitio donde correremos”, comienza diciendo Johny Ouriaghli cuando acudimos a él pidiendo consejo sobre tres aspectos que, de ser obviados, pueden echar al traste nuestra preparación. El entrenador mallorquín considera crucial escoger la estación del año si queremos rendir a tope, saber si hará frío o calor, si el escenario presenta altos o bajos niveles de humedad, si el circuito posee toboganes, cuestas, si estas son largas o cortas, el estado del pavimento (alerta ante zonas adoquinadas), si el asfalto es nuevo y o está en mal estado y tiende a estar resbaladizo cuando llueve… Luego, añade, “debemos estar al tanto de si la carrera es multitudinaria, para saber si podremos correr enseguida o tendremos que esperar parados en un cajón de salida… coger nuestro ritmo crucero nada más escuchar el disparo o un poco más tarde”.
PREPARARSE
“El día de la prueba es especial para todo atleta”, sentencia el coach de algunos de los mejores maratonianos españoles como son Ayad Lamdassem o Fátima Ouhaddou. Es especial, pero se debe entrenar. No puede fallar nada. “Una sesión a la semana, por ejemplo la de series a ritmo de competición, tiene que ser muy parecida a la prueba en la que hayamos decidido competir”. Traducido: adquirir una rutina, levantarse a la misma hora, desayunar lo que vayas desayunar (para blindarse contra los problemas estomacales), incluso ponerse más de una vez la ropa de competición (alertamos de posibles rozaduras). “Doy mucha importancia a los calcetines. Hay que testarlos bien. Una ampolla puede dar al traste con el reto. Lo mismo el agua, geles, manguitos, gorra, gafas, vaselina… mil cosas que hay que tener en cuenta”, concluye.
CALZADO
El boom tecnológico de los tiempos que vivimos hace que la oferta de zapatillas sea impresionante, por eso “es fundamental elegir bien, sobre todo con las que vas a entrenar. Sí, más incluso que las de competición. Son las que evitarán lesiones, problemas musculares y de tendones”. Cada persona es un mundo, que un profesional cualificado te ayude a escoger lo que realmente necesitas y, matiza nuestro experto, “si te lo puedes permitir mejor tener dos zapatillas de entrenamiento para reducir desgaste y llegar con menos problemas”. La de competición debe amoldarse a ti a la perfección y “aportarte la sensación de volar. Solo hay que calzársela los días especiales; algunas series fuertes y las carreras, no más”. Y termina con un truco majo: “Siempre, antes de competir, secaos los pies con una toalla, poneos un calcetín diferente al de calentamiento y… ¡disfrutad de todo lo entrenado”.