Una de las noticias del fin de semana fue la protagonizada por Luis Agustín Escriche en la Media Maratón del Caqui en La Alcudia (Valencia). El atleta del Club de Atletismo Albacete llegó hasta el arco de meta pero no lo sobrepasó. De hecho, hubo que esperar 28 segundos para que finalmente rompiera la cinta de meta y se hiciera con la victoria con 1:08:45, lo que suponía un nuevo récord del a prueba.
¿Y cuál fue el motivo de ese parón justo antes de la meta? Según explicó el propio atleta en la cuenta de Instagram de Miguel Sola (Trinkel), su objetivo era batir el récord de la prueba (1:09:20) pero haciéndolo con el margen más ajustado posible con el objetivo de regresar el año siguiente y ganar los 150 euros de premio con los que está dotado el hecho de batirlo. "Yo me gano la vida trabajando, pero ya que inviertes todos los días un tiempo, si en alguna carrera te llevas algún extra, bienvenido sea", explicaba en la entrevista.
👀 Atenció a aquest moment que ha fet sofrir fins i tot a @xaviblasco
— À Punt Esports (@apuntesports) October 2, 2022
🏃 L'ha protagonitzada el guanyador de la Mitja Marató del Caqui de l'Alcúdia. Quan anava a creuar la meta, Luis Agustin Escriche, es frena en sec.
📺 Vols saber l'explicació? No et perdes l'@apuntnoticies pic.twitter.com/Mnci5pHmuw
No es el hecho, es la forma
Ha sido muy criticado este gesto del atleta de Albacete y muchos han sido los que han puesto el grito en el cielo sin reparar en que es exactamente lo mismo que realizan atletas de élite en competiciones de prestigio y con repercusión mundial. Serguéi Bubka fue el primero en superar, centímetro a centímetro, su propio récord mundial de pértiga para así asegurarse grandes premios económicos en cada reunión de atletismo. Una táctica que también utiliza en la actualidad Mondo Duplantis.
Las formas de Escriche podían haber sido otras, ralentizando su ritmo poco a poco sabedor de su ventaja de más de dos minutos con su más inmediato perseguidor y evitando así el parón justo antes de cruzar la meta
También vemos continuamente cómo deportistas, amateur y de élite, comparten victoria en carreras populares o competiciones olímpicas, como el bochornoso acuerdo por el oro en el salto de altura masculino de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 entre Barshim y Tamberi. Eso sí que es atentar contra los valores del deporte y la competitividad y no el gesto, desfortunado eso sí, de un atleta popular que solo quiere seguir pagando la gasolina para ir a competir.
Y esa es la cuestión de este acto. Está claro que las formas de Escriche podían haber sido otras, ralentizando su ritmo poco a poco sabedor de su ventaja de más de dos minutos con su más inmediato perseguidor y evitando así el parón justo antes de cruzar la meta. Hubiera sido más disimulado y esta noticia no hubiera existido. Bien es verdad que quizá su intención fue justamente esa, la de visibilizar esta cuestión y hacer ver a los organizadores de las pruebas que poner un premio única y exclusivamentee por batir el récorde la prueba y no por la victoria en la misma es un hecho que puede generar situuaciones como la acontecida este fin de semana.