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Nació en Bello Horizonte, tiene 41 años y las piernas afiladas por los miles de kilómetros recorridos desde que, siendo una adolescente, abandonó la gimnasia para entregarse a su pasión por la naturaleza. Porque la relación de la brasileña con el trail running no se explica solo desde un prisma deportivo, tiene un férreo componente filosófico y un compromiso social que transciende el simple hecho de cubrir largos trechos de maleza a ritmos más propios de animales salvajes que de bípedos con zapatillas de suela taqueada.
Fernanda Maciel reside en Coll de Nargó, un minúsculo pueblo del Pirineo Catalán que ofrece todos los lujos que su espíritu introspectivo necesita. Cada mañana, ante la puerta de su casa, se despliega un entramado de senderos que disfrutar en soledad, el escenario perfecto para ratificar si decisión de convertirse en corredora profesional: "Empecé compitiendo en asfalto, pruebas de 5 km, 10 km y media maratón. Luego di el salto a la montaña, probé con terrenos un poco más difíciles. La diferencia entre ambas especialidades es que el trail es más completo, a mí personalmente me da mucho más equilibrio como persona”.

Cuenta la ultrafondista que, cuando era de alquitrán la base donde se encadenaban sus zancadas, se sentía “baja energía al final del recorrido, tanto física como mental. Corriendo en montaña estoy mucho más en contacto con la naturaleza, contemplo paisajes más bonitos, disfruto de salidas y puestas de sol… Todo esto me da mucha más energía. Corriendo por terrenos más difíciles he encontrado más de desafíos. Correr por el desierto, sobre la nieve o en tramos muy técnicos con mucha piedra… Sí, resulta más difícil que el asfalto pero es la solución perfecta para disfrutar a la vez de correr, actividad de la que estoy enamorada, y la naturaleza, que para mí es lo más importante en esta vida. Así que el trail running me parece el deporte más completo”.
Fernanda rememora su primera carrera de largo formato, The North Face Endurance Challenge Championships: “Tenía un recorrido de 80 km y se disputaba en California. Era la prueba final de un circuito internacional y antes de afrontarla la verdad es que estaba atenazada por las dudas, tenia mucho miedo de que se me bloqueasen las piernas… Pero me fue bien, entré cuarta de la general y primera de mi categoría. Poco después de aquello, hablamos de 2009, fui a la TDS del Ultra Trail del Mont Blanc (145 km con 9100 metros de desnivel positivo) y logré la victoria. Tras esas experiencias descubrí que tenía muchos retos por delante en la larga distancia”.
Esta devoradora de millas a jornada completa es una voz más que autorizada para aconsejar a todos aquellos que estén pensando incluir en su calendario la gran carrera de trail por relevos que nos aguarda a principios de otoño. El escenario le es familiar: en 2012 se convirtió en la primera mujer en correr la ruta entre Francia y Santiago (860 km) en solo 10 días. Los participantes de Red Bull Buen Camino lo tendrán mucho más fácil, pero tampoco deben confiarse: “Serán tres días de competición y cada miembro del equipo correrá entre 20 y 30 kilómetros por etapa. Debes dar lo máximo en cada etapa pero teniendo en cuenta que debes dejar margen a la recuperación. Para ello has de tener un plan, porque el día después de correr no te marchas a casa, regresas a la carrera. Tus piernas piernas y tu cabeza deben estar frescas para seguir rindiendo al máximo nivel. ¿Cómo se hace eso? Primero, dando mucha importancia a la nutrición (conviene aclarar que Fernanda, además de leyes, estudió nutrición deportiva); cuando acabes de correr tienes entre veinte minutos y una hora para hidratarte mucho con sales y comer algo de proteína. Esto es fundamental para reponer el organismo a nivel fisiológico y muscular. Por otro lado, si detectas alguna molestia muscular hay que aplicar hielo sobre las partes doloridas. Y por supuesto tienes que dormir bien, el máximo número de horas posible”.

Tienes que llegar a la línea de salida con el cuerpo entrenado, pero Fernanda considera que “en una carrera por etapas es mucho más importante la parte mental y nutricional que en una prueba de un solo día. Muchas veces damos valor solo a la parte física y si no concebimos el desafío como un todo estamos cometiendo un error muy grave. Durante tu preparación debes entrenar ambos aspectos, por ejemplo, planificando días en los que hacer una tirada larga por la mañana y otra por la tarde. Esto te proporcionará una idea de lo que vas a encontrarte en Red Bull Buen Camino. Entre un entreno y otro debes relajar las piernas, aplicarte alguna crema recuperadora, meditar, visualizar el próximo entreno (en el caso de la competición, la próxima etapa). Debes tener un plan nutricional correcto para antes, durante y después de la correr, igual de estricto que el que tu entrenador te haya pautado en el aspecto físico. Una cosa que he aprendido a lo largo de los años es que, cuando nos encontramos en situaciones de dolor y fatiga, siempre gana el que está menos cansado, el más fuerte mentalmente… Por eso es importante respondernos a nosotros mismos: ¿Por qué corremos? ¿Por qué este desafío es importante? ¿Qué nos motiva? Tener esas respuestas es crucial para, cuando estemos allí, sintiendo el dolor y el cansancio, recordarlo. Si lo tienes claro podrás obtener una dosis extra de adrenalina para acabar la carrera con éxito”.
A quien quiera iniciarse en el trail Fernanda le hablaría sobre todo de los beneficios que sudar en la naturaleza provoca en el alma: “Subir montañas, correr en una playa… la sensación de sentirnos completos. Puedes hacerlo solo o en compañía, en un gran parque natural o en uno pequeño, dentro de la ciudad… estar en silencio, respirar aire puro, limpio, obtener experiencias fantásticas. Y olvidarte del reloj, no como en el asfalto, donde siempre estamos pendientes del ritmo, del cronómetro… Claro que es importante conocer tu ritmo, pero también disfrutar, y el trail es mucho más libre en ese sentido. Yo acabo un entreno y me siento plena porque he contemplado una flor, o asistido a la salida del sol, o descansado tranquilamente en la cima de una montaña. Eso es lo mejor que puedes llevarte a casa”.
Luego, claro, hay aspectos más mundanos, como la logística, el material que debemos llevar con nosotros para que los caminos no se nos hagan demasiado severos: “Si haces un medio maratón en asfalto sabes que vas a tardar una hora y media o dos, más o menos, dependiendo del nivel de cada uno. Pero en uno de montaña pueden ser dos, tres o cuatro; por eso es más importante llevar contigo muchos alimentos energéticos, sales, geles, barritas… y unas zapatillas que no pueden ser lisas por debajo. Se trata de poder correr sobre piedras mojadas, tierra inestable… es necesario un buen grip, un buen agarre en la suela que te haga sentir seguro. Eso y poco más, este no es un deporte complicado, al revés, es muy sencillo”.