Redes sociales, atletas adolescentes y acoso: “¡yo solo estaba haciendo mi deporte”

De una atleta menor de edad publicando una foto compitiendo en su cuenta de Instagram a sentirse acosada por miles de usuarios en redes sociales.

La atleta Julia Lillo ha querido contar su historia de acoso a través de las redes sociales. CEDIDA.
La atleta Julia Lillo ha querido contar su historia de acoso a través de las redes sociales. CEDIDA.

Esta es la historia de una mujer, Julia Lillo. Una mujer que además es atleta. Es su historia pero es también la de muchas otras que, como ella, han sufrido en algún momento de su vida algún tipo de acoso machista a través de las redes sociales. Un testimonio de una joven de solo 19 años que resulta tan claro como vergonzante. Repulsivo en muchos momentos.

Habla Julia, madrileña residiendo en Barcelona para cursar el grado de Medicina, de cómo su imagen y su cuerpo se convirtieron en la moneda de cambio de decenas de cuentas en redes sociales que dedican sus esfuerzos a satisfacer las pervertidas mentes de miles de hombres adultos que, en ocasiones, traspasan la línea de la intimidad de estas mujeres (a veces niñas) para acosarlas, ningunearlas y vejarlas digitalmente. De cómo una foto subida a Instagram con la inocencia de una adolescente menor de edad acaba siendo una pesadilla en forma de mensajes, comentarios y fotografías que agreden la conciencia de estas jóvenes.

El proceso es relativamente sencillo. Una atleta sube una foto compitiendo a su cuenta de Instagram y es capturada por una, dos, tres o más cuentas que la repostean, etiquetando a la atleta y permitiendo que sus seguidores sepan a quién corresponde el cuerpo que están observando. Después, la atleta recibe un aluvión de seguidores y estos comienzan a comentar cada una de las fotos o ‘stories’ que esa atleta publica. A veces en público y otras en privado. Y en ese momento es cuando se traspasan los límites de la intimidad y del respeto.

“Creo que el 80% de los seguidores que tengo en Instagram han llegado a mi perfil a través de cuentas que reposteaban mis fotos”, comienza explicando Julia Lillo. Son cuentas con nombres extraños pero evidentes como ‘Sexy Running Girl’ o ‘Fitness Woman’ y que toman fotos de cuentas de atletas, deportistas o ‘influencers’ para incluirlas en sus perfiles. “Su único contenido son mujeres con ropa de competición que en muchas ocasiones son menores. Te etiquetan sin permiso y empiezan a llegar oleadas de seguidores, todos hombres, súper mayores, que no tienen ningún problema en decirte todo lo que te harían”. Y todo eso, siendo evidentemente menor de edad.

El problema es la visión que tienen una parte de los hombres de la ropa que usamos compitiendo, porque la realidad es que solo estamos haciendo deporte.

“Bloqueas cuentas, eliminas etiquetas pero se creaban otras cuentas para seguir acosándote y lo peor es que cuando lo denuncié de forma sutil a través de las redes te dicen que la culpa la tienes tú por subir esas fotos que, recordemos, son sexualizadas simplemente porque estoy usando mi top y mi braga de competición”, cuenta una atleta que reconoce también algunos momentos de duda, fruto también de la complicada edad en la que ocurrieron estos hechos. “Yo tenía 16 años, te hacen sentir culpable y te cuestionas si te lo estabas buscando, que quizá era ‘demasiado’ esa foto. Pero el problema es la visión que tienen una parte de los hombres de la ropa que usamos compitiendo, porque la realidad es que solo estamos haciendo deporte”.

Julia Lillo durante una competición de salto de altura en la pista cubierta de Sabadell. SPORTMEDIA.
Julia Lillo durante una competición de salto de altura en la pista cubierta de Sabadell. SPORTMEDIA.

“No es justo que se cree la sensación de que tú eres la culpable. Y además tienes miedo de contarlo porque en ciertos momentos crees que es tu falta. Como si yo estuviese buscando que José Antonio, de 43 años y padre de tres hijos suba una foto haciendo zoom a mi culo y me mande otra de su pene, que es lo que me ha ocurrido a veces. ¡Si yo solo estaba haciendo mi deporte!”.

Como atleta, Julia fue una de las referencias nacionales en categorías inferiores, proclamándose campeona de España sub 16 de 600 metros. Fue internacional en los campeonatos del mundo de Edad Escolar en pista en Nancy (Francia) y en Split (Croacia), y también en cross, en París (Francia). Como ella misma resume, “destaqué en categorías menores y ahora he seguido entrenando y compitiendo con la filosofía de ir compaginándolo con el cambio de vida que supone vivir en una ciudad diferente y querer sacarme una carrera como Medicina”.

El caso de Julia ocurrió, como en otros, en edades entre los 16 y 18 años, siendo menor de edad. Menor de edad y también insegura, en plena formación física, social y también sexual. Problemas que pueden afectar al desarrollo de estas mujeres que sienten que su deporte, a veces su pasión, es el culpable de sus mayores preocupaciones. “Es una sensación de mierda y creo que la única forma que tuve de sobrellevarlo fue apuntarme, por pura casualidad, a iniciativas feministas en mi barrio gracias a las cuales pude relativizar lo que me estaba pasando. A día de hoy tengo mucho más cuidado a la hora de publicar en mi cuenta personal, y sé que esto no tendría que ser así, pero ocurre. Y también, en competición, me fijo dónde están los fotógrafos y prefiero que estén de frente, no detrás, porque después esa foto se puede hacer viral”.

Es algo que ha pasado, que pasa y que lamentablemente creo que va a seguir pasando.

Habla de las fotos y de los fotógrafos. De la responsabilidad también de los medios de comunicación y las cuentas de YouTube. “El año pasado, ya consciente de todo lo que me había pasado, competí en unas combinadas y en la longitud pude ver cómo las fotos que se publicaron eran muy distintas entre los hombres y las mujeres. Las nuestras estaban todas enfocadas a parecer gatitas saliendo de la arena, sexualizadas por completo. Era muy bizarro”, explica. También algo que cada vez es más patente en las cuentas de YouTube de algunos blogs o medios de comunicación que publican carreras o concursos de competiciones amateur y de categorías menores y que cuentan con miles (incluso millones) de visualizaciones en pruebas femeninas cuando las de los hombres apenas llegan a la centena. “Si te das cuenta, la foto que se elige para la portada de ese vídeo y las previsualizaciones en las carreras de chicas suele ser desde atrás, viéndose los culos”.

VERBALIZACIÓN DEL ACOSO

Dice Julia que el paso más difícil es el de contarlo. Verbalizarlo y hacer ver a otros lo que una sufre en silencio. Ella lo logró gracias a esos grupos de mujeres en los que pudo hablar en libertad y sin el miedo de sentirse juzgada. “En su momento tenía 16 años y no entendía muy bien qué pasaba, por lo que no se lo comenté a mis padres ya que es una edad muy complicada en la que quizá no confías en ellos y tienes miedo de haber hecho algo mal”.

Después de destacar en categorías menores en pruebas de mediofondo, actualmente Julia Lillo disfruta del atletismo de una forma más relajada realizando pruebas combinadas. SPORTMEDIA.
Después de destacar en categorías menores en pruebas de mediofondo, actualmente Julia Lillo disfruta del atletismo realizando pruebas combinadas. SPORTMEDIA.

También habla sobre lo poco que se habla entre las jóvenes atletas de su generación, esa que se ha sobreexpuesto de forma visceral en las redes sociales y que han creado y consumido contenido digital sin control. “Entre las chicas está tan normalizado que te comenten barbaridades que cuando lo hablamos no nos resulta sorprendente. Lo comentamos, buscamos soluciones pero tenemos asumido que si subimos determinada foto vamos a recibir comentarios asquerosos. Y ese es el problema: que lo tengamos asumido”.

Ese es uno de los motivos por los que esta atleta, valiente y decidida, comprometida, ha querido contar su historia que es la de muchas. Que sirvan sus palabras para hacer ver la extrema necesidad de hacer público estos acosos, de ser capaces como sociedad de identificar, censurar y aislar actitudes machistas que son comunes también en deportes como el atletismo. Que todos, atletas, aficionados, familias, entrenadores, medios de comunicación, organismos públicos y marcas deportivas pongamos de nuestra parte para acabar con una lacra que afecta, ha afectado y afectará a muchas más mujeres de las que somos conscientes.


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