El impacto sobre el suelo pélvico es uno de los puntos débiles que debemos tener en cuenta al correr las mujeres y, en menor medida, también los hombres.
Además de nuestro propio peso, la zona pélvica recibe un impacto repetido en cada paso que damos al correr, esto es una realidad. Y, si no lo fortalecemos adecuadamente, sucede como con el resto de músculos del cuerpo, nos lesionaremos o haremos daños con las consecuencias que ello conlleva; en este caso se debilitan de forma gradual los músculos y tejidos de esa región; y si sucede en exceso, llegan los dolores, incontinencia urinaria y un largo etcétera.
A continuación te detallamos algunos consejos para minimizar el impacto en el suelo pélvico, aunque como bien hemos hablado en anteriores ocasiones, no hay mejor prevención que un buen fortalecimiento.
- Imprescindibles las sesiones de fuerza semanales: no hay excusa posible y si el tiempo apremia es mejor que te saltes el día de series antes que el día de fuerza, grábatelo; estas sesiones son fundamentales para que nuestro cuerpo se vaya tonificando y se vaya fortaleciendo con el paso del tiempo, además de evitar futuras lesiones. No solo tu suelo pélvico se verá beneficiado.
- Ponte en manos de un entrenador cualificado y entrena la técnica de carrera: cada zancada mal dada provoca una hipertensión sobre la zona del suelo pélvico que afecta, además, a musculatura y articulaciones. Sin una buena técnica de carrera y sin un trabajo específico para fortalecer este punto, la zona abdominal se irá debilitando de forma progresiva. Evita que la primera parte del pie que impacte con el suelo sea el talón ya que multiplica el impacto sobre suelo pélvico y articulaciones.
- Fortalecimiento específico de los músculos del suelo pélvico: igual que los entrenamientos de fuerza, son indispensables. Los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos pélvicos es una exclente opción. E insistimos, siempre con un buen profesional que te guíe, ya que, por su complejidad, se trata de un tipo de prácticas que, si no se realizan correctamente, pueden hacernos daño.
- Corre por terrenos estables evitando el asfalto: cuanto más estable sea la superficie por la que trotamos, mejor podremos correr manteniendo una buena zancada y sin que sufran tanto las articulaciones. Si trotamos por un terreno estable como pueden ser caminos de tierra minimizaremos el impacto que recibe la zona pélvica.
- Evita correr por terreno descendiente, especialmente si ya se sufren problemas asociados al suelo pélvico, las cuestas abajo aumentan la presión ejercida por el peso de tu cuerpo.
- Vigila tu peso: no es la mejor idea cuando se tiene sobrepeso, precisamente para lograr perder peso, lanzarse a correr. El sobrepeso es uno de los mayores enemigos de nuestras articulaciones y de nuestro suelo pélvico y puede conducir a una lesión rápidamente. Caminar a buen ritmo, durante al menos una hora al día puede ser tan beneficioso para reducir grasa corporal como correr y no perjudicará el suelo pélvico ni las articulaciones.
- Respeta el tiempo de descanso entre sesiones de entrenamiento: las distancias largas, por el incremento de impactos, son el gran enemigo del suelo pélvico, pero también lo es no descansar adecuadamente e impedir que esta región se recupere adecuadamente. Recuerda que las largas distancias y el impacto repetido y continuo provocan la fatiga, tensión y finalmente el fallo de tus músculos y también los de tu suelo pélvico.
- Alterna entrenamientos de alto impacto con otros deportes de bajo impacto: bicicleta, elíptica, natación... son excelentes ejercicios cardiovasculares que además preservan la salud de tu suelo pélvico.
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